¿Qué pasa con los nacimientos?

Columnistas, Opinión

La sobrepoblación se vendió con fuerza un gran problema para la humanidad, junto con el calentamiento global, la supuesta falta de recursos naturales para sobrevivir y más. Desde hace siglos, sin embargo, ya se acusaba al futuro exceso de humanos como el detonante del fin de nuestra especie. Que no alcanzaría el alimento ni el agua dulce, en fin. La tragedia.

La realidad es otra estos momentos. Hay un problema terrible de falta de nacimientos y más humanos. Elon Musk, que ha hecho su trabajo trayendo al mundo a varios hijos, dijo hace poco que enfrentamos un cataclismo por falta de seres humanos. El consumo, el trabajo, la innovación y los Estados modernos colapsarían por falta de individuos. No se diga los sistemas de seguridad social. Cada vez somos más viejos, vivimos más y somos menos. El propio censo ecuatoriano sorprendió cuando su resultado fue diferente al esperado. Menos ecuatorianos de los que proyectábamos.

En Japón, por ejemplo, la comunidad de Ichinono celebra el nacimiento del primer niño en veinte años. ¡En veinte años! China eliminó hace años su política de hijo único por la falta de gente. Países europeos procuran que haya más niños y, solapadamente, al tiempo que complican la dinámica cultural y la destrucción de la identidad nacional, van aceptando migración africana y musulmana.

Pero esto responde a varias razones, de alcance mundial. Cada vez es más caro tener hijos y educarlos. Cada vez se tienen más mascotas que hijos. Los ecuatorianos ya destinan el 10% de sus ingresos a sus mascotas. La liberación femenina, producida desde la invención de la píldora anticonceptiva y la tecnificación de los métodos para evitar embarazos, ha alejado la antigua idea de que la mujer se queda en cada cuidando los tres hijos. Además, el costo de vida obliga a que marido y mujer trabajen. Una serie de razones impiden que la natalidad vuelva a los niveles anteriores. Los nuevos hombres, además, cada vez son menos fértiles debido a su mala alimentación y vida sedentaria.

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