Quejarse/lamentarse y su impacto en la salud mental

Columnistas, Opinión

 En la actualidad el quejarse y lamentarse se ha convertido en un fenómeno cotidiano que tiene consecuencias considerables para la salud emocional, mental, cerebral, e incluso física; para muchas personas quejarse es una forma de desahogo ante los retos de la vida diaria. Este fenómeno casi universal puede extrapolarse a contextos familiares, laborales y sociales. 

Cuando una persona se queja, su cuerpo interpreta la situación como una emergencia, lo que lleva a la liberación de cortisol – hormona del estrés; quejarse, lamentarse y enfadarse todo el tiempo puede tener un efecto negativo en el cerebro y en la salud en general. 

 Si esta expresión es repetida y ésta presenta la insatisfacción, frustración o malestar por situaciones percibidas como negativas, estamos frente a un problema grave que conlleva a consecuencias negativas en la calidad de nuestra vida. 

¿La pregunta que más nos hacemos es?  el por qué nos quejamos tanto?, el quejarnos se puede considerar que actúa como un mecanismo de afrontamiento a través del cual liberamos tensión o buscamos validación, pero que empeora con el uso y abuso de las redes sociales. 

El quejarnos y enojarnos afecta tanto la química del cerebro, como negativamente nuestro estado de ánimo, y nuestra capacidad cognitiva, esto genera aún más frustración y, en consecuencia, más quejas.

Los individuos que no paran de lamentarse por todo, suelen ser más pesimistas y menos resilientes frente a las adversidades.

 El utilizar técnicas mentales, como imaginarse en un lugar tranquilo; puede ayudar a bloquear los efectos negativos de las quejas; además, se ha observado que la queja cotidiana se correlaciona con la sintomatología ansioso-depresiva.

Procura establecer límites con los demás; si estás dentro de este grupo de personas que se quejan y se enojan con facilidad te recomiendo: 

Cambiar el patrón de pensamientos así, como modificar y utilizar un lenguaje más positivo o neutral. El evitar conversaciones que se centren demasiado en lo negativo. Plantea un enfoque más constructivo para los problemas. Practica la gratitud, eso ayuda a cambiar la perspectiva de las cosas o situaciones.  El hacer una lista de posibles acciones para mejorar una situación nos da una sensación de control y reduce la frustración; antes de quejarse otra vez, tengan en cuenta los efectos cerebrales, emocionales y sociales que conlleva. Lo más importante es controlarse.

Piensa que eso aportará tanto en tu familia, amigos o compañeros de trabajo quienes disfrutarán más de tu compañía; además favorece que aceptemos y entendamos lo que tenemos que cambiar y que, en vez de quejarnos podamos buscar soluciones. 

Fomenta la responsabilidad de las cosas que dices o haces, en lugar de culpabilizar a los demás.

 Expresa, pero no te quejes; si no favorecemos a un estado de ánimo más adecuado y más salud contrólate! . Solo recuerda; la queja no es negativa si no se cronifica. (O)

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