Quién controla los “camisetazos”?

Columnistas, Opinión

Los partidos políticos son la base de un sistema democrático representativo, son los actores fundamentales de la vida política de una sociedad, la ideología política, de manera clara y simple, puede definirse como un conjunto coherente de ideas sobre los objetivos, las políticas y actuaciones que se busca realizar desde el poder del Estado, y es posible establecer una clasificación de los Partidos en: CONSERVADORES, que son aquellos que plantean mantener los elementos esenciales del orden social vigente. Los de DERECHA, son aquellos que proponen hacer ciertas modificaciones en el orden social vigente, los REVOLUCIONARIOS, son los que buscan transformar los elementos esenciales del orden social vigente cambiando la estructura social. Pudiendo darse combinaciones y matices como “Centro derecha”, “Centro Izquierda”.

En el Ecuador estamos muy lejos  de tener representantes políticos con la suficiente madurez que le permita privilegiar el bien del país y, por ende, de la mayoría de ecuatorianos, por  sobre los intereses personales y partidistas. Y como todo un siempre hay políticos que llegan con la promoción de un partido político y en el trascurso del camino se van cambiando de camiseta, actualmente en la Asamblea Nacional existen 22 camisetazos y como bien dijo mi buen amigo Jorge Sánchez esto en los años  80, 90, era un pecado mortal; pero, hoy en día los políticos, se cambian de partido como si se tratara de un equipo de fútbol ¡Nadie controla! Y a nadie parece molestarle. Sin importar  sus ideologías o principios (si es que los tienen), pero ya vimos que están pegados a sus intereses personales, y no al interés de su provincia y la Patria, en una jugada que terminan cayendo los votantes, quienes los eligen con diferentes afiliaciones. Para la Asamblea Nacional, y a vísperas de un nuevo proceso electoral. Ahora observamos, sin ningún reparo a legisladores cambiándose de bancada con tal de asegurarse el favor del líder político y un lugar en la próxima papeleta.

Si bien es cierto actualmente  hay un proyecto de Ley que se debate en la Asamblea con el propósito de sancionar estas malas prácticas, sin embargo, no habrá mejor sanción para un político sin vergüenza que el desprecio en las urnas. ¿Qué pensaría el finado Villavicencio de todo esto si estuviese con vida?. Si  sus mismos partidarios peleando mezquindades  se cambian de camiseta y pensar que llegaron a la Asamblea gracias a la sangre que derramó  por ellos y ahora se han aliado con otro famoso partido político a quienes en vida los llamó narco políticos y estos traicionaron los ideales del finado, aliándose con quienes le persiguieron a Villavicencio, los votantes de eso debemos estar bien consientes y se debería castigar la traición, el camisetazo porque se nota que fueron a la Asamblea por intereses personales y no por los intereses de su provincia, burlándose de la ciudanía que los eligió. (O)

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