Reflexión que pasaron por alto / John Tello Jara

Columnistas, Opinión

 

Un trabajador debe ganar el sueldo mensual acorde a su productividad, es decir si produce más, de mejor calidad y reduce costos, debe tener mayores ingresos, al menos esa es la lógica empresarial; de esta manera gana el consumidor, el empresario y el estado al obtener ingresos por los impuestos que generan la gama de actividades.

Los trabajadores con su dinero pagan el arriendo, consumen servicios básicos, gastan en alimentación, salud, transporte, vestuario, misceláneo, compran productos que producen otras empresas y, el sobrante lo destinan al ahorro y en algunos casos a la inversión. Este ciclo económico lamentablemente no se presentó en el sector público en la década anterior, ya que los sueldos se pagaban de forma desmesurada especialmente en niveles vinculados al grupo de gobierno, en el cual no se medía la productividad (tenemos los ejemplos más claros en la conducción de empresas estatales que con altos sueldos, tenían resultados económicos negativos) sin embargo los haberes que cobraban lo canalizaban a la adquisición de productos vinculados a la canasta familiar, pero el sobrante lo utilizaban en la compra de productos extranjeros, ya que si ganaban bien, debían tratarse bien y por supuesto tuvimos balanza comercial negativa por el exceso de importaciones y bajas exportaciones.

Por otro lado, el estado pensó que todo el tiempo contarían con altos ingresos provenientes de las exportaciones de petróleo, sin mediar los efectos en el caso de que su cotización se redujera, lo que en la práctica aconteció y se presentó de forma casi inmediata un déficit en el Presupuesto General del Estado, aspecto que conlleva a un endeudamiento para alivianar su carga.

Al encontrarnos en el cambio de timonel en el Ministerio de Finanzas y evidenciar dos obstáculos, la deuda pública y el déficit fiscal, sugiero que se revise el sueldo que se cancela a los servidores especialmente de cierta jerarquización y medir su productividad (tal como se hace en la empresa privada), caso contrario propongo reducir dichos sueldos e incluso eliminar algunas partidas; los cambios para que el país prospere deben enfocarse a la productividad tanto pública como privada, incentivando siempre el consumo nacional. (O)

 

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