Reflexiones después de 201 años / Edison Narváez Z.
San Juan Bautista de Ambato, cuna de los tres juanes, conmemora 201 años de independencia política; esta ciudad convertida en el Jardín del Ecuador y considerada la capital económica del centro del país, ha ido reemplazando sus verdes colinas por modernas urbanizaciones, sus espacios de convergencia por el amontonamiento de vehículos, los vínculos humanos por gente apresurada y consumista. Nuestra ciudad se ha enrumbado hacia cambios importantes en cuanto a tamaño, crecimiento, distribución y estructura de su población. Según proyección del INEC la población de Ambato al 2021 está redondeando los 400.000 habitantes.
Sin duda los cambios obligados por el transcurrir del tiempo han ocasionado que nuestra ciudad experimente un crecimiento económico en ocasiones desordenado y que nos guste o no, responde al progreso de un mundo dinámico y globalizado.
Los problemas que más han azotado a la ciudad son el desempleo y subempleo, lo cual incrementa el número de comerciantes informales en las calles, así como el aparecimiento de la delincuencia
La tasa de desempleo a nivel nacional se ubicó en el 4.98% hasta finales de septiembre de 2021. El índice bajó con relación a septiembre de 2020 cuando se situó en 6.2, esto según los datos emitidos por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).
A pesar de ello, las mismas cifras del INEC establecen que Ambato está por encima del índice nacional en la tasa de desempleo; una de las causas es por su actividad comercial y manufacturera.
Los cambios experimentados también han dado paso al aparecimiento de la superficialidad y la desidia, que han provocado que los ambateños vayamos perdiendo identidad con nuestra ciudad y por tanto se ha ido generando un estatus de indiferencia y falta de amor por Ambato.
La crisis económica, social y política no es nueva, ciertamente ha sido agravada por la Pandemia, pero también tiene un origen común: Los Valores; en tal virtud es menester crear un Ambato de Nivel Superior con valores centrales de ética y moral; sin embargo, ésta es una tarea de todos los ambateños, somos los ambateños quienes desde nuestro espacio y conciencia debemos iniciar la restauración moral y cívica de ésta inerme ciudad. (O)