Relata, que algo queda
El libro, Relata que algo queda, escrito por Joan-Gabriel Burguera y Anna Tarragó expone cómo la comunicación política emplea tácticas para generar opiniones a partir de relatos, en los que el mensaje se convierte en un objetivo en sí mismo, sin importar si se adorna, se exagera o se basa en presunciones. Lo importante es que persiga ciertos fines estratégicos. En esta práctica la política ecuatoriana tiene muchos representantes.
La gran mayoría de ciudadanos tiene una definición más o menos clara de lo que es el tráfico de drogas y sus implicaciones. Este submundo ha sido representado en el cine, la televisión y las plataformas digitales en los últimos años. Las narco producciones muestran a políticos, policías, militares y jueces corruptos. En algunos casos los protagonistas suelen ser casi héroes y, lamentablemente, se posicionan como supuestos modelos a seguir o paradigmas.
Esta hace que, en la vida real, hablar de sustancias ilegales sometidas a control o fiscalización sea cada vez más común, coloquial y, por lo mismo, hasta tiende a volverse poco trascendente. Tiempo atrás, causó impacto la entrevista del embajador de EEUU, Michael Fitzpatrick, en la que habló sobre la preocupación de su país porque en el Ecuador hay narco generales. Más de un legislador, en la Asamblea Nacional, habla de narco política. Los medios de comunicación hacen reportajes o emiten opiniones donde la palabra narco se usa con más regularidad. El tema, ahora, causa menor impacto.
El narco, como palabra, aparece con más frecuencia en toda conversación privada y en la vida pública. Así, después de una licencia por embarazo, la fiscal general, Diana Salazar, apareció con un discurso desafiante en contra de sus oponentes, afirmando estar preparada para enfrentar el narco juicio. Casi al mismo tiempo, en el Consejo de Participación Ciudadana, Juan Guarderas y Augusto Verduga tuvieron un enfrentamiento frente a las cámaras de TV debido a que el primero afirmó que el segundo estaba redactando un narco reglamento para elegir a la nueva fiscal general. Muchas personas mencionan el tema, pero ninguna indica nombres o detalles y mucho menos presenta una denuncia.
De acuerdo a esta lógica, poco ética, varios personajes repiten su versión sobre la lucha que presuntamente realizan contra el narcotráfico, pero en realidad, buscan posicionar su versión, sabiendo que es importante relatarla, porque algo queda en la opinión pública y en la memoria de los ciudadanos. (O)