Resistencia, reactivación y recuperación de la economía / Ec. Mg. Diego Proaño PhD (c)

Columnistas, Opinión


La economía mundial, como la nacional, requieren de un proceso para ir cambiando de estatus según se vaya dando su mejoría, algo similar a la semaforización de los cantones de rojo a amarillo y luego a verde, a la curva de contagios de la corona virus que inicia siendo exponencial, luego pasa a meseta o aplanamiento, para finalmente comenzar la curva descendente, del aislamiento al distanciamiento. Igual tratamiento se debe dar a la economía, comienza con la resistencia (sobre vivencia) durante el tiempo de cuarentena, aislamiento y caída drástica de la producción, luego de varias semanas, comenzar a salir con distanciamiento, protocolos y reiniciar la producción, es decir la reactivación para, finalmente una vez estabilizado todo, comenzar la recuperación de la economía. Ese es el camino y tarda meses o quizá años.

El caso ecuatoriano es idéntico, inició el tiempo de resistencia el 16 de marzo (decreto de estado de emergencia) con semáforo rojo, toque de queda, estado de excepción, aislamiento y freno del 70% de la producción nacional, esto duró hasta el 31 de mayo. Desde el primero de junio, los COE de más de 100 cantones decidieron pasar a amarillo, dando inicio al periodo de reactivación con el 50% de actividades productivas. En este escenario nos encontramos y aquí es fundamental el cuidado, los protocolos, la unidad, el apoyo, la solidaridad, las decisiones oportunas y acertadas que tomen las autoridades para coadyuvar a que, su política pública conlleve a dotar de herramientas a empresarios, emprendedores, autónomos y familias para un adecuado proceso del circulo virtuoso de producción, empleo y consumo.

El tiempo que tarde la economía ecuatoriana en transitar esta segunda etapa no es previsible, dependerá de varios factores como, las medidas que el gobierno tome para sostener y ayudar a empresas y negocios a no cerrar, para que estos no sigan desempleando a familias. También depende de no restar de la poca liquidez que los hogares puedan tener para los próximos días y meses, pidiendo apoyo monetario, peor con más carga tributaria, eso sería suicida de verdad. Dependerá además de los recursos frescos que pueda conseguir del exterior para inyectarlos en la economía, también de la optimización del gasto público para un ahorro nacional, además de la agilidad o lentitud de los GAD en territorio para facilitar procesos en la cadena alimenticia, de salud y de pagos en cada ciudad y hasta dependerá de la cooperación, filantropía y ayuda internacional al país. Si todo funciona en los tiempos necesarios, es posible que el próximo año pasemos a la tercera etapa, la de la recuperación. Las responsabilidades vienen en cascada de arriba hacia abajo Gobierno nacional, seccionales, provinciales, cantonales, parroquiales y hasta de la ciudadanía. De todos. (O)


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