Respiro energético / Editorial
Las lluvias en estos días, sobre todo, en el Austro ecuatoriano le han dado un poco de oxígeno a la crisis de energía del país. El solo hecho de anunciar la suspensión de los cortes de luz ha dado un hilo de esperanza a los ecuatorianos.
Las cuantiosas pérdidas económicas que sufre el país cada vez que se viene el apagón hacen que este tipo de anuncios de suspensión de los cortes de energía sean esperanzadores para la empobrecida economía personal, comercial e industrial del ecuatoriano.
Lógicamente las lluvias, la repotenciación de una parte de sector termoeléctrico y la compra de energía a Colombia ayudan para solventar el déficit energético del país. Ahora tenemos que enfocarnos en aumentar la generación de energía, en el Ecuador, culminando el proyecto hidroeléctrico Toachi-Pilatón que lleva 15 años de construcción a un costo de mil millones de dólares, habilitar más generación térmica y contratar barcazas para apoyar en la costa ecuatoriana el aumento de la demanda por el excesivo calor.
La planificación de nuevas obras de generación hidroeléctrica para ampliar la matriz energética del país que deberá soportar, entre septiembre y octubre de este año, otra época severa de estiaje; por ende, falta de agua en las represas. Tenemos un reto enorme por delante y el gobierno lo sabe. (O)