Retiro espiritual con ja ja ja / Por: Garibadi Buenaño M.
Desde Ecuatoriana de Aviación
La Cuaresma lleva a poner en práctica eventos religiosos que estaban programados para este nuevo año. Entre ellos, los retiros espirituales que realizan familias, movimientos apostólicos, clero, grupos juveniles y más instituciones; espacio de tiempo para revisar nuestra existencia en relación con Dios, con el prójimo y con la naturaleza para ver si la vida se va haciendo evangelio y el evangelio vida.
El mundo agitado en el que vivimos reclama un espacio de tiempo en la rutina diaria para que en el silencio, que es el hilo conductor de la escucha, nos relacione más profundamente con el Dios misericordioso que habla con ternura de Padre y colma de gracias y bendiciones que debemos recibirlas con disposición generosa y serena alegría, como las cuencas de las manos aceptan las arras en las bodas nupciales.
No basta con realizar un éxodo a un lugar tranquilo, si no se traduce en el empeño cierto de ir pasando del “viejo” Adán al “nuevo“ que es Cristo, como decimos repetidamente. Ordenar la propia vida con esmerada diligencia y humana perfección es necesario, para que los buenos propósitos no duerman la vigilia de infinitas esperanzas.
Si a la casa de retiro llegamos con naipes, balones, ajedrez, tablets, antología de chistes, para llenar el ambiente de ja ja ja, durante el refrigerio y el lunch, y los ratos libres que deberíamos dedicar a la oración y reflexión, ya hemos dado el primer paso en falso. ¿Se cumplen objetivos claros dando tardes libres, horas de esparcimiento?
Si hacemos propósitos ¿los llevamos a la práctica? El compromiso, no es el compromiso por el compromiso, debe darse una transparencia de Dios en mí. A qué momento me entero lo que el Señor recomienda? ¿Cuándo me dejo llenar de Dios para dar a Dios a los demás? Si entre plática y plática intercalo ajedrez, vóley o ja ja ja. Si mezclo el ruido con el silencio, el recogimiento con la dispersión ¿a qué momento lo siento a Dios? ¿Será por estas inconsistencias que no avanzamos lo que deberíamos? Hablo por experiencias vividas en otros lares…
Si no observamos comportamientos propios de cada accionar, no hay frutos de santificación; por más que el predicador hable con unción sagrada, con palabras y ejemplos horneados en amor y ofrenda, no habrá transformación interior, que es la auténtica conversión la que lleva a cambiar comportamientos éticos, concepciones, modos de pensar individuales y colectivos. El ja ja ja ahoga cualquier posibilidad de ser oyentes de la Palabra.
La conversión debe ser el programa permanente de la vida cristiana, incisiva y prioritaria a fin de que, paso a paso, seamos compendio de evangelio, como dice Tertuliano. Entonces a abrir la escotilla del ser mismo de la persona al Santificador y Dador de Vida, para que nos ayude a ser humildes, a no ser metalizados, “figurines“, “ostras”…para SERVIR con generosa ayuda, sin poner trabas, sin marginar a nadie, cumpliendo, todos los bautizados con el deber de procurar la salvación del prójimo. (Eclec. 17, 12).
Si al retiro llegamos con tristeza de ocaso debemos salir de él con resplandores de alborada, y no con la convicción de haber realizado una reunión más de camaradería que engordan las estadísticas, como lo es un … Retiro Espiritual con ja ja ja. (O)