Retorno con seguridades y disciplina / Hernán Marcelo Guerrero
Todo parece indicar que este mes de junio vendrán los primeros pasos para la reactivación de la economía, guardando por supuesto los más altos niveles de seguridad; reactivar la economía implica volver al trabajo por sectores y en forma ordenada, ya que durante los meses anteriores al surgimiento de la emergencia sanitaria, el problema que mayormente afectaba a la ciudadanía era la falta de trabajo, y es mejor que se retomen las actividades organizadamente y con disciplina antes de que lo hagan en desobediencia y anarquía. Hablamos de aquellas personas que viven del día a día que si no trabajan no comen y es alrededor de un sesenta por ciento de ecuatorianos que no tienen empleo fijo y aquellos que saben que, si no regresan serán despedidos.
Contener esa explosión humana va a ser muy difícil. Pero hay que hacerlo bajo normas de seguridad. Obviamente las autoridades tanto de la Gobernación, el COE cantonal el Alcalde de Ambato, Javier Altamirano, haciendo las consultas a los Médicos epidemiólogos, Psicólogos, Académicos Científicos, entre otras instituciones y en función de estadísticas, ha dispuesto un retorno paulatino con semáforo amarillo a los trabajos, y las ambateñas y ambateños, saludamos la valentía y sensatez de la autoridad municipal, decisión tomada bajo medidas de seguridad estrictas y con protocolos que se ha señalado para la etapa del distanciamiento, ya que como ha indicado el burgomaestre, tomar decisiones es parte de la responsabilidad ante sus mandantes, abrir gradualmente y con reglas estrictas la actividad comercial e industrial, no es privilegiar la economía por sobre la salud. Si no es tratar de evitar que mucha gente muera de hambre, pierda empleos y se produzca violentamente una explosión social imparable.
El paro protagonizado por los transportistas primero y luego por la dirigencia indígena en el pasado mes de Octubre, fue un golpe demoledor para la economía ecuatoriana. Significó millones de dólares perdidos y cientos de trabajos que desaparecieron. La inseguridad creció y como consecuencia, la inversión se alejó. Sobre esa situación de extrema gravedad, el impacto de la emergencia sanitaria resulta un duro traspié para la economía de los ecuatorianos, no hay duda que hoy más que nunca las empresas van a esforzarse por obtener el mayor rendimiento de su inversión, por supuesto que el desempeño del empleado va a incidir directamente en el logro de ese rendimiento y gracias a este esfuerzo mutuo la empresa logrará su objetivo, y así se evitará el desempleo el cual irá en beneficio propio, de sus familias, y del país. (O)