Rol protagónico de la mujer afrodescendiente
Sabían que las condiciones de vida actuales de las mujeres afrodescendientes están mediadas por la construcción de un imaginario social que responde a una historia, desde donde se entiende la realidad concreta de hoy al ser percibida como una continuidad de la esclavitud como sistema socio-económico, visto normalmente como un hecho “pasado”, ¿se abolió formalmente?
La mujer afrodescendiente por consecuencia de la esclavización, quedó predeterminada a asumir tareas que la encierran y someten al servicio de los otros y limita sus posibilidades de trascender, tomar decisiones y acceder al poder, le cuesta mucho, porque la herida a través de ese cuchillo del esclavista, sigue impregnado en su cuerpo, y la generación actual ni siquiera admiten que el cuchillo sigue ahí haciendo daño.
A su vez, esto lleva a considerar que existe un control directo sobre el cuerpo de las mujeres, en la medida que son consideradas desde el sistema patriarcal como reproductoras minimizándolas a un vientre. También existe una violencia simbólica a las mujeres desde los límites impuestos en su expresión corporal, gestos y sexo, lo que permite clasificar a las mujeres en “buenas” y “malas”.
Por ende, en la actualidad las mujeres afroecuatorianas han logrado desarrollarse en el ámbito educativo, deportivo, cultural y profesional, lo cual ha tenido repercusiones positivas en la obtención de trabajos relativamente bien remunerados y reconocidos socialmente, facilitando su independencia económica y de alguna manera el desarrollo de su grupo racial, como son la fiscal Diana Salazar, Mae Montaño, Karla Canora, Hellen Quiñonez, Dayanna Salcedo, Yasmin Salazar, Yuliana Ortiz, Fátima Corozo, Alexandra León, Katherine Chalá, Andrea Mosquera, las hermanas Neysy y Jéssica Dájomes, Tamara Salazar, entre otras.
El tipo de discriminación que vivieron las mujeres negras se puede empezar a distinguir desde el concepto de violencia simbólica, ya que fueron reducidas a objetos cumpliendo un papel tradicional femenino según la lógica patriarcal. Esto se puede ver desde el hecho que se les asignó fundamentalmente labores domésticas, cuidado de los niños y funciones de nodrizas, llegando hasta el punto que los hijos de “los amos” expresaban el amor más fuerte y filial a las mujeres esclavizadas que a sus propios padres. Son ellas desde el tiempo de la esclavitud que tuvieron un rol protagónico al cuidar a esos niños que incluso, llegaron a ser los próceres de la independencia, esas mujeres hicieron lo que no hizo Martin Luther King o Mandela, cuidaban con un amor fraterno, cariño y denuedo, los mismos que fueron aprendiendo a amar y a respetar a las esclavizadas. Esto significó una triple subordinación por su condición de esclava, madre y de mujer.
¿Será por este fenómeno de afinidad que muchas familias prefieren contratar a mujeres afrodescendientes como trabajadoras domésticas? Porque saben cuidar, amar y dar afecto a los niños, son honestas, honradas y, sobre todo, saben cocinar sabroso. (O)