Sabor ancestral que une a Ecuador
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El proceso de preparación es un ritual en sí mismo. (Foto El Heraldo)
La gastronomía ecuatoriana es un reflejo de su diversidad cultural y geográfica. Entre los platos más representativos destaca el caldo de pata de cerdo, una sopa espesa y nutritiva que se disfruta en distintas regiones del país.
Su preparación no solo es un proceso culinario, sino también un ritual que ha pasado de generación en generación, especialmente en comunidades indígenas y mestizas, donde cada ingrediente tiene un significado especial.
“El caldo de pata tiene sus raíces en las costumbres alimenticias de los pueblos andinos. Durante siglos, la carne de cerdo ha sido una fuente vital de proteínas, y el uso de las patas permitía aprovechar al máximo el animal”, sostiene el chef Alex Acosta. En las comunidades indígenas de la Sierra, la preparación de esta sopa se ha transmitido de madres a hijas como parte del conocimiento gastronómico ancestral.
Más allá de su valor nutritivo, el caldo de pata ha sido considerado un alimento revitalizante, ideal para recuperar energías tras una jornada de trabajo en el campo. Además, en algunos sectores se le atribuyen propiedades afrodisíacas y curativas, lo que refuerza su consumo en reuniones familiares y festividades.
La base del caldo de pata es, como su nombre lo indica, la pata de cerdo, la cual se limpia minuciosamente y se cocina a fuego lento hasta obtener un caldo espeso y gelatinoso. Otros ingredientes clave incluyen mote (maíz cocido), maní, leche, cebolla, ajo, comino y hierbas como el culantro. (I)