Salasaca despide a dos pilares de la comunidad
La parroquia de Salasaca se tiñe de luto y dolor tras el trágico accidente que el pasado lunes 23 de septiembre cobró la vida de dos hombres queridos y respetados: Cordio Masaquiza (61) y Gustavo Jerez (58). Ambos fallecieron en un choque violento mientras se desplazaban en una motocicleta por la vía principal de la comunidad, dejando un vacío profundo en sus familias y en todo el pueblo.
El martes 24 de septiembre, en dos velorios que marcaron el pulso de una comunidad desgarrada, se recordaron las vidas de estos hombres. La tristeza impregnaba el aire, pero también la gratitud por el legado que dejaron.
Gustavo Jerez, de 58 años, era más que un miembro respetado de la comunidad. Cuidaba de su madre, una anciana de 92 años con quien vivía en Wuamanloma. Ahora, la mujer se enfrenta a la devastadora realidad de haber perdido a su único sostén. Gustavo, además de su labor incansable como hijo devoto, fue uno de los fundadores de una cooperativa de ahorro y crédito, y también era un futbolista barrial muy conocido. Como portero del equipo “Cobra”, dejó una huella imborrable en sus compañeros, quienes lo recuerdan con cariño. Hasta el cierre de esta edición, su familia no había decidido si el entierro sería hoy o mañana, ante la enorme conmoción que aún los sacude.
Por su parte, Cordio Masaquiza, de 61 años, residía en la comunidad de Rumiñahui Chico, donde se dedicaba a la agricultura. Su vida era sencilla pero honrada, trabajando la tierra y cuidando de su familia. El entierro de Cordio será hoy jueves, mientras sus seres queridos intentan similar la pérdida de un hombre que siempre fue un pilar para quienes lo rodeaban.
El fatídico accidente ocurrió cuando ambos hombres viajaban en una motocicleta azul por la vía principal de Salasaca. Se dirigieron hacia Wuamanloma, como tantas veces lo habían hecho, pero esta vez, la tragedia los alcanzó. Al intentar incorporarse a la vía, un automóvil Kia blanco, con placas de Pichincha, los impactó de manera brutal. Testigos relataron cómo la motocicleta quedó destruida, y los cuerpos de los dos hombres yacían inertes en la carretera.
El conductor del Kia huyó de la escena, dejando tras de sí una estela de preguntas y un dolor inmenso. Aunque los servicios de emergencia acudieron rápidamente al lugar, poco pudieron hacer. Cordio falleció en el acto, mientras que Gustavo, aún con vida, fue trasladado al Hospital General Docente de Ambato. Los médicos lucharon por salvarle, pero sus heridas eran demasiado graves, y falleció horas después, dejando a su madre en una desoladora soledad. (I)