Salud frágil
Sabemos que con buena salud todo es fuente de gozo. Sin ella, sea lo que fuere, nada nos resulta placentero ni tampoco es factible alcanzar nada, llámese como se llame, ganancias, conocimiento, fama. Aristóteles decía: “Estar sano no basta con sólo desear salud”. Todos estamos claro s que la valoración de la salud se adquiere solamente mediante la enfermedad. Pero nos hemos preguntado: ¿Qué está pasando con nuestra salud, la de nuestros niños cada vez más vulnerables, más enfermizos? Pese al extraordinario progreso científico experimentado por la medicina en esta última década y que no es menos cierto que el promedio de vida es mejor, pero cotidianamente cada vez más niños y jóvenes son más “incompetentes” a los normales e inevitables agresores atmosféricos. Limitados de salir por las noches o de participar en cursos de natación ya que desencadenan fácilmente problemas respiratorios asmatiformes, cuadros de rinitis o sinusitis. Cada vez más padres pelean diciendo: “¡Ponle gorro, guantes, poncho, que vamos a salir a la calle, mi hijo no puede estar en camiseta ni un momento porque se enferma!
Un padre comenta que esta “cansado” de la situación con su hijo que tose y estornuda incesantemente en la mañana y sin necesidad de medicación en el transcurso del día desaparece…se lamenta que es alérgico a “casi todo” y le incomoda significativamente el grueso listado de sus intolerancia (polvo, polen, lana, alimentos, frío, entre otros)… Mi hija es una “¡delicadísima!” se enferma a cada rato de gripe, faringoamigdalitis, no puede estar con ropa liviana pese a que el clima no es frío, tiene mal comer, ha adquirido una palidez acentuada, tiene transpiración espontánea o con poco esfuerzo, es sumamente nerviosa, indecisa, irritable e intolerante y tiende a ser sobreprotegida, ya me sé de memoria las recetas, y yo mismo compro en la farmacia los medicamentos. …Otra madre llora de la desesperación de que su hijo no mejora con ninguna medicación, le es “familiar” estar hospitalizado cada vez con vaporizadores y oxígeno etiquetándolo de que “mi hijo es enfermo”, no puede disfrutar de su edad y está coartado de su interacción con los demás niños, creándose una calidad de vida muy limitada y conflictiva, no solamente para quien sufre de este problema respiratorio sino para toda la familia en general.”
Nuestro estilo de vida sedentario idiotizados por los entretenimientos tecnológicos son los que están pulverizando a nuestra salud mental y biológica. Desbaratemos esa estrategia perversa que es la razón del por qué cada vez aumenta el desinterés sobre la relación salud–ejercicio. Creo que no se equivoca un pensamiento oriental cuando dice que “El hombre occidental pasa la primera mitad de su vida destruyendo su salud y la segunda mitad intentando inútilmente recuperarla” Creo contundentemente inigualable también su estrategia mediante la Acupuntura para mejorar y cambiar este panorama sombrío para muchas personas con defensas tan incompetentes que presentan una calidad de vida angustiosa y estresante al depender de una lista de prohibiciones.(O)