Salvajada / Editorial
La otrora Fiesta de la Fruta y de las Flores, aquella que se celebraba con bailes barriales, desfiles, misa de agradecimiento, exposiciones, arte y cultura, quedó para el olvido. Los ambateños sufrimos un terremoto devastador en el 49 y para recuperar la economía local se pensó y realizó una Fiesta diferente, sin agua, con alegría y flores, para atraer a los turistas.
La idea era darle al turista, en los carnavales, algo distinto para que no se queden en las ciudades donde se jugaba con agua, anilina y harina. Con ese fin se creó la Fiesta de la Fruta y de las Flores que fue bien vista a nivel nacional e internacional. Ese fue el éxito de la fiesta y, por ende, de la economía local. Las calles se llenaron de alegría y el respeto a los visitantes marcaban la diferencia.
Ahora vivimos una verdadera salvajada, sin respeto para nadie con gente ignorante que busca la forma de dañar nuestra fiesta mayor y lanzó de todo. No se respetó a adultos mayores, se jugó con agua, anilina, harina y el espumante que empañó nuestra fiesta de tradiciones.
Las preguntas que se hacen los ciudadanos son: ¿dónde estuvieron las autoridades?¿Por qué no hubo control del espumante? ¿Quién se benefició con la venta de espumante? Ojalá las autoridades del control ciudadano se hagan un mea culpa por el fracaso en el control de la venta excesiva del espumante. Ambato se merece otra cosa y volver al verdadero significado de la fiesta y no a esta salvajada. (O)