Seguridad en las escuelas / Editorial
Es permanente la preocupación de autoridades civiles y policiales, de profesores y de padres de familia por la niñez que se encuentra en constante peligro por maltratos, droga, secuestros, abusos sexuales y por otros hechos malignos que impactan en la personalidad de los menores.
Se sostiene que en nuestra ciudad no existe alta peligrosidad para los niños, como acontece en otras zonas del país, que hay tranquilidad para vivir en todos los ambientes sociales. Esta afirmación se la debe analizar tomando en cuenta algunas aristas de la problemática integral para que la protección existente a la niñez no baje la guardia en momento alguno.
El microtráfico incrementa su acción en forma audaz; los expendedores de la droga rondan las escuelas y sus cercanías, inclusive han logrado penetrar en algunos planteles escolares, a través de caramelos y dulces mezclados de pequeñas porciones de droga.
Bajo el principio de Escuelas Seguras la Policía local ha reforzado el plan con programas de prevención, que es muy importante en beneficio de los menores. Plantea que la seguridad escolar no debe ser trabajo policial exclusivo sino en coordinación de padres de familia y de todas la autoridades educativas; todos tienen que entregar sus iniciativas y su accionar diario.
Los padres de familia son los primeros maestros y guías de sus hijos, que tienen un rol destacado en la educación y en el involucramiento en los valores morales que, desde edad temprana, formen su personalidad. A ellos les corresponde ser partícipes activos en el programa de Escuela Segura. (O)