Senderos privilegiados / Jaime Guevara Sánchez
Hace más de medio siglo, Los guambras de este tiempo de sismos internos en la montaña. No había nada planificado que no sea el Entusiasmo de disfrutar de las vacaciones escolares. Una vez en los matorrales y bosques seguimos por algo que parecía una pequeña hecho por los nativos del lugar o sencillamente la madre naturaleza dejo un claro estrecho de hierbas, pastos, grama de todo color.
Por supuesto que no se edad los conocimientos botánicos de zoológico de pequeño grupo eran muy escasos. Reconocimos a los árboles de eucalipto, por ejemplo. Los pinos, matorrales como la chilca. Pero había tal cantidad de árboles que no estás conjeturas que daban cortas con el arrayán y el cedro. Todo lo demás era disfrutar inclusiva de los rasguños de videos al brazo de ramas espinos que pinchaban con entera libertad por todo el cuerpo. Frotarlos con saliva era santo remedio.
Asamos tórtola las casadas por compañeros hábiles con la catapulta que nosotros la denominábamos flecha. Terminado el banquete con martillos echamos tierra sobre el saldo de candela. Saltamos cantamos y bailamos sobre el improvisado asadero hasta estar seguros de que quedaba apagado.
Pero el tiempo es implacable. Aquellos guámbitos que Qué venimos al mundo en las primeras décadas del siglo diecinueve, hoy estamos muy cerca de virales que nos hemos reunido por pura casualidad. Después de resumir la trayectoria profesional de cada uno, Alfonso recordaba que el paseo a la montaña. Entonces se produjo una explosión de emociones, pensamientos propios de viejo románticos, idealistas con memorias frescas. Pensamientos que a salto de mata me permito compartir….
Saltados, como los expresaron:
“Los bosques de ríos nuestros las lomas los cerros las colinas donde pastan los siervos y cientos de otras criaturas salvajes… Praderas donde la grama y arbustos retiene el milagro del agua, dónde la retiene enfrentan los diluvios… Árboles nudosos, torcidos en los sitios donde el viento soplaba fuerte…Lagos donde la ingenuidad grita llama… Matorrales donde florece las codornices puestas de sol y amanecer del brillante del sol sobre picos nevados… Todo convertido en magias forestales de las cuales somos dueños de señores… todavía”.
Todas las maravillas nos proporcionan un refugio insuperable de la estridencia de la civilización. Lugares de soledad, de retiro, donde podemos deshacernos de las tensiones de la Vida moderna. Nos proveen senderos y sitios privilegiados prestos ayudarnos a redescubrir la tierra, de la cual somos parte integral inseparable. Catedrales de roca virgen donde podemos comunicarnos con un Supremo Hacedor…. todavía. (O)