SENTIMIENTO Y EMOCIÓN
¿Acaso sabe usted en qué momento será completamente feliz? Tal vez ¿cuando se gane la lotería; cuando vea a sus hijos triunfar; al obtener un título universitario; al encontrar a la persona de sus sueños; cuando se case perdidamente enamorado; se cambie de trabajo; sea famoso; o, cuando finalmente reconozcan su esfuerzo?
Aquí hay tres escenarios: 1) Usted ya se identificó con alguna de las respuestas o al menos sabe que va por ahí. 2) Usted intuyó que no es ese precisamente el camino, aunque aún no sabe bien qué responder. 3) Usted sabe perfectamente que la felicidad no está afuera, sino dentro de uno mismo.
Y sí, efectivamente la felicidad es una decisión personal y no depende de factores externos. No obstante, sea en el grupo que se haya ubicado 1, 2 o 3 está muy bien porque incluso muchos del tercero no saben cómo o dónde buscarla, así que tranquilo que aquí, junto con el libro Un curso de milagros, trataremos de encender las luces para guiarle.
Vamos a suponer que usted es una persona felizmente casada; ese amor que le tiene a su pareja sería un “sentimiento” ¿verdad?, pero si esa persona que usted tanto ama en alguna ocasión le cela injustamente, usted seguramente sentirá ira o frustración, a esa ira o frustración se las llama “emociones”. Ahora bien, sentimientos y emociones se diferencian por la temporalidad: mientras que el sentimiento es algo que permanece en el tiempo, la emoción es pasajera. En el ejemplo, el sentimiento de amor hacia su pareja se supone que lo tiene en todo momento y en todo lugar (no ama solo un ratito o en determinadas circunstancias); en cambio, la emoción de su enojo sí fue solo de unos instantes. ¿Lo ve?
El problema de la infelicidad radica, entonces, en que nos hemos acostumbrado (o mal acostumbrado, debería decir) a transformar esas emociones negativas en sentimientos haciendo que molestias fugaces se vuelvan perennes.
¿Ve por qué la felicidad es una decisión y depende enteramente de uno mismo? Y es que, cuando yo decido no darle paso a que una ira momentánea se transforme en sentimiento soy feliz y, lo que es más, hago felices a los que me rodean.
A veces, sin darnos cuenta, vamos acumulando (reprimiendo) emociones que en un punto estallan, y como sucede en cualquier detonación, una o más personas podrían verse afectadas ya sea por las esquirlas o por la intensidad de la onda expansiva que en cualquier caso hieren o matan.
Así que, frente a la pregunta inicial de si ¿sabe en qué momento será completamente feliz? pues, seguro no será buscando la felicidad afuera, sino que esta llegará en el momento mismo en que no guarde ni reprima ninguna emoción negativa. Y cuando lleguen solo identifíquelas y lo antes posible déjelas ir; despídase de ellas con una sonrisa.