Serie Anticorrupción: La norma ISO 37001/ Ing. Patricio Chambers M.

Columnistas, Opinión


Para combatir la corrupción es necesario que varios factores converjan hacia un mismo propósito y dado que lamentablemente la deshonestidad es contagiosa, ya que se trasmite de persona a persona, hace falta forjar una cultura de transparencia, en la cual existan castigos drásticos para los corruptos.

Adicionalmente es fundamental hacer un rastreo de procesos y generar controles a la gestión pública y privada, creando un sistema integrado que gradualmente genere resultados favorables en la lucha anticorrupción.

En esta dirección la Organización Internacional de Normalización (ISO) emitió el año 2016, la norma ISO 37001 como un “sistema de gestión antisoborno”, cuyo principal objetivo es ayudar a las empresas a combatir el soborno y promover una cultura empresarial ética.

Si bien evidentemente no se puede garantizar que una organización quede libre de sobornos, si llega a especificar una serie de medidas que se utilizan para que se implementen controles que mejoren su capacidad de prevención, detección y tratamiento del riesgo de soborno.

Se define al soborno como la oferta, promesa, entrega, aceptación o solicitud de una ventaja indebida financiera o no; adicionalmente dicho estándar cubre otros delitos como el cohecho, concusión, pagos de facilitación y extorsión.

Para tal efecto esta norma trabaja con componentes estructurales de las entidades como controles, procedimientos, políticas, prácticas etc. y también con componentes relacionados con el recurso humano, como impulsar una cultura de motivación a la transparencia, entrenamientos, toma de conciencia, buen ejemplo etc.

Esto se aplica tanto a los procesos gobernantes, como a los generadores de valor y apoyo, incluyendo controles permanentes a la gestión.

Para una adecuada implementación es necesario en primer lugar contar con una política antisoborno avalada por la alta dirección. Además, requiere de un liderazgo fuerte, compromiso y responsabilidad de quienes tienen a cargo la organización.

Un aspecto importante es contar y ejecutar un plan coherente de entrenamiento, así como de control al personal. De igual manera dentro de los procesos internos realizar una evaluación de riesgos de soborno, a fin de implementar las medidas necesarias.

Además, la llamada “debida diligencia” en proyectos y en la gestión operativa en general, tanto como los controles financieros y no financieros a fin de contar con reportes de casos o sospechas. Con base en ello, generar acciones correctivas y de mejoramiento.

Esto dará lugar a un Sistema General Antisoborno (SGAS) que funciona al interior de la organización a través de un grupo u órgano de gobierno sobre toda la organización, en cuanto a este ámbito se refiere.

Su implantación parte de un diagnóstico inicial de la entidad, luego se hace un análisis interno de riesgos de soborno, se diseña el sistema conforme a la realidad de la organización, se lo desarrolla y se lo implementa.

En esas circunstancias la empresa es evaluada y al cumplir con todos los requisitos se hará acreedora de la certificación ISO 37001 Antisoborno, ya sea en un área específica o en toda la estructura administrativa y operativa. (O)

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