Serie ODS: Objetivo 9 industria, innovación e infraestructuras / Ing. Patricio Chambers M.

Columnistas, Opinión

El propósito de construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización sostenible y fomentar la innovación enmarca el objetivo de desarrollo sostenible No.9 planteado por Naciones Unidas para el año 2030.

Se trata de un asunto complejo por las múltiples variables que están en juego, más aún cuando se habla de áreas que demandan no sólo de ingentes recursos económicos sino de un cambio de mentalidad al interior de cada país.

La idea es impulsar fuertemente las economías para que, a través de una adecuada industrialización, junto con innovación e infraestructura necesaria se genere un mayor número de empleos y aumento de ingresos.

Por otra parte, mediante nuevas tecnologías, se busca facilitar el comercio internacional y lograr un uso eficiente de los recursos.

El problema se presenta cuando en las regiones de menor desarrollo relativo, los costos de innovación tecnológica resultan relativamente altos y, pierden prioridad frente a las necesidades más básicas de la población.

Con ello se genera una suerte de círculo vicioso, pues esas naciones al no invertir lo necesario en tecnologías de punta e investigación, van paulatinamente rezagándose hasta quedar demasiado distantes de los centros de desarrollo, haciendo que estas brechas se incrementan día a día.

De hecho, según datos de la propia ONU, todavía existe un 16% de la población mundial que no tiene acceso a redes móviles de banda ancha. En los países en desarrollo, apenas el 30% de la producción agrícola se somete a procesos industriales, en tanto que, en los países de altos ingresos ese índice alcanza un 98%.

Algo similar ocurre con la infraestructura básica como carreteras, industrias, comunicaciones, así como sistemas de saneamiento, financiero, transporte, energía eléctrica y agua; por lo que continúan siendo temas pendientes en muchas regiones del planeta.

En cuanto a la industrialización, siempre tendrá un impacto positivo en la sociedad, pues se sabe que, por cada trabajo en la industria se crea algo más de dos empleos en otros sectores; sin embargo, las limitaciones en materia de infraestructura afectan la productividad de las empresas en alrededor del 40%.

En todo caso, podemos rescatar de este objetivo el propósito de promover una industrialización sostenible es decir amigable con el medio ambiente, reconociendo que especialmente en las décadas anteriores, la industria contaminó al planeta de una manera inaceptable.

Frente a ello y dadas las circunstancias, cabe simplemente aplicar medidas drásticas que vengan a frenar la devastación de los entornos naturales y habitables, por parte de la industria no responsable, fomentando acuerdos internacionales de cumplimiento obligatorio, caso contrario, continuaremos siendo los grandes depredadores de nuestros propios espacios de vida.

De ahí que una economía verde sea parte de la solución y será la economía del futuro, en la que todo negocio relacionado con el cuidado de la naturaleza y la ecología en general resultará rentable, pues tal como lo menciona el Secretario General de Naciones Unidas “al mismo tiempo servirá para generar beneficios y hacer el bien.” (O)

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