Serie ODS: Objetivo no.10 reducción de las desigualdades / Ing. Patricio Chambers Mejía
El tema de la desigualdad, principalmente desde el punto de vista económico, da lugar al objetivo de desarrollo sostenible No. 10 planteado por Naciones Unidas y que habla de la reducción de las desigualdades.
No cabe duda de que en un mundo como el actual, la desigualdad está presente en muchos sentidos y más aún cuando se trata del desarrollo de los pueblos en diversas latitudes. Lamentablemente y dadas las estructuras económicas que rigen el mundo, las distancias se han incrementado.
De hecho, el propio organismo internacional informa que en las últimas décadas la desigualdad en cuanto a ingresos económicos ha aumentado en casi todas partes, a pesar de que lo ha hecho a diferentes velocidades dependiendo de las regiones.
Por ejemplo, el 10 por ciento más rico de la población recibe hasta con el 40 por ciento del ingreso mundial total, mientras que el 10 por ciento más pobre obtiene solo entre el 2 y el 7 por ciento del ingreso total. En nuestros países en desarrollo, esa desigualdad ha aumentado un 11 por ciento, si se considera el crecimiento poblacional.
Este aumento de las disparidades necesita de un freno pues conlleva una serie de consecuencias que se reflejan entre otras en relaciones cada vez más inequitativas y dependientes entre los diferentes países y regiones.
De ahí que la desigualad de ingresos económicos sea un problema mundial que además requiere de soluciones globales, tales como mejorar la regulación y el control de los mercados, fortalecer las instituciones financieras al igual que fomentar la asistencia para el desarrollo y la inversión extranjera directa, principalmente en las naciones que más lo requieren.
Es evidente que los índices de reducción de las disparidades económicas, ha sido desigual tanto dentro de los países como a nivel internacional.
Otro factor clave que impacta directamente en esta realidad, es la migración y la movilidad de las personas, lo cual se ve alentado en la medida de que las distancias aumentan entre los países menos desarrollados y los de mayor desarrollo.
Parte de este escenario complejo son las remesas que envían los migrantes a las familias en sus países de origen, constituyéndose en la mayoría de los casos en un verdadero medio de supervivencia; por tano hay que facilitar los mecanismos de transferencias.
Un aspecto que también debe ser revisado es el poco peso que en general tiene la opinión de los países en desarrollo en los foros decisorios de las instituciones económicas y financieras internacionales.
También al interior de las naciones hace falta adoptar políticas sólidas para promover la inclusión económica, independientemente de su género, raza o etnia.
Romper la idea de los contrapuestos para dar paso a la complementariedad de los diferentes bajo una unidad armónica. Tomar conciencia que, si bien no somos iguales sino ante la ley, cada individuo tiene el deber de contribuir a cerrar las brechas en todo sentido y así contribuir a una sociedad más equitativa. (O)