Soberanía energética / Esteban Torres Cobo
La nueva Primera Ministra de Italia ha decretado que Italia vuelve a buscar la suficiencia energética que empezó a dejar su país cuando se sumó a la Agenda 2030 promovida por la progresía mundial. Buscará explotar nuevamente las reservas de gas que tiene a su disposición así como otras fuentes de energía. Italia gira así hacia el sentido común y hacia mantener a sus ciudadanos con servicios que no signifiquen su quiebra económica o su dependencia de otras naciones. Es que Europa lo está pasando muy mal y probablemente lo pase peor cuando llegue al pleno invierno.
Lamentablemente, desde hace algunos años los promotores de esta agenda “woke” desde Davos, ONUs y más han convertido en mala palabra lo que antes cualquier nación hacía por lógica y realidad. Desarmaron a algunas naciones y el terrorismo armado, el crimen organizado y las amenazas de otros Estados les pusieron de rodillas. Combatieron todos los esfuerzos por lograr soberanía energética, proscribieron al petróleo, al fracking y a la energía nuclear y, cuando estalló la guerra en Rusia y Ucracia, Putin los puso a todos a sufrir por su gas y sus recursos.
Una nación está obligada a buscar, si las condiciones lo hacen posible, su sobrevivencia mínima en todos los ámbitos. En energía, en alimentos, en comunicaciones, por ejemplo. La pandemia del covid, el conflicto de Rusia y la crisis de los contenedores alumbraron esa necesidad de contar con lo mínimo para eventos inesperados.
Por eso la decisión de Meloni es la correcta, así como fue la de Trump cuando logró por primera vez en la historia que Estados Unidos se convierta en el primer país exportador de petróleo, algo de Biden acabó. Basta por ver qué lado tomará la Unión Europea y el resto de líderes progres cuando la Primera Ministra italiana pise el acelerador ahí y en otros temas. Normalmente no gustan los líderes de derecha en el establishment europeos y aquí se está hablando de un país como Italia.