Sobrevivientes recuerdan trágico sismo
Cada año, a pocas cuadras del epicentro del devastador terremoto de 1949, en el parque central de lo que hoy se denomina Pelileo Grande, se reúnen los pocos sobrevivientes que quedan de este gigantesco desastre natural.
Esta conmemoración se lleva a cabo en un entorno marcado por el dolor, pero también por la resiliencia y el amor a la tierra que caracteriza a sus habitantes.
Durante la ceremonia, se realiza un programa especial que incluye una emotiva eucaristía en la iglesia reconstruida en el mismo lugar donde antes se erigía la antigua iglesia.
Los relatos de ese trágico día siguen siendo aterradores: muchos recuerdan cómo los cuerpos de familiares caídos estaban cubiertos por tierra o apilados en varios sectores.
El alcalde de Pelileo, Gabriel Zúñiga, mencionó que aproximadamente cinco mil pelileños perdieron la vida a causa del terremoto. «Conmemoramos a esa gente que perdió la vida», comentó Zúñiga, destacando el profundo respeto y la memoria que se mantiene viva en la comunidad.
Zúñiga también resaltó cómo esta conmemoración se ha convertido en una tradición, reflejando la resiliencia y el amor de los pelileños por su tierra.
«Los pelileños son gente trabajadora y resiliente», afirmó el alcalde. Añadió que, según la historia, más de 300 personas murieron en el sector de la iglesia central, ya que, en el primer sismo, la gente corrió hacia este lugar buscando refugio. El parque se convirtió en una fosa común, y hoy en día, una estructura de piedra y parte de las ruinas de la antigua iglesia sirven como testigos del Pelileo antiguo. “Invito a conocer este sector”, dijo Zúñiga.
La tragedia de 1949 también tuvo su reflejo en Ambato, donde la destrucción de la iglesia matriz, sus alrededores y la desesperación de los padres que corrían para buscar a sus hijos formaron parte del panorama desgarrador. Los parques y plazas de la ciudad se convirtieron en albergues improvisados para los afectados.
Este evento no solo marcó un momento de luto y memoria, sino que también dio inicio a una tradición que se celebraría cada año: la Fiesta de la Fruta y de las Flores, un testimonio de la capacidad de la región para transformar el dolor en celebración y unidad.
En conmemoración de esta fecha, en la Casa de la Cultura se hará un programa para recordar esta fecha con la exposición de escritos y poemas alusivos a la fecha a partir de las 14:00 horas, hoy. Actividad que se complemente con el replicar de las campanas de La Catedral a la misma hora que sucedió el terremoto. (I)