Solución a la Informalidad / Editorial
Cuánto se ha comentado, desde hace mucho tiempo, sobre la ilegal ocupación de determinadas calles de la ciudad y de los alrededores de los mercados por parte de los comerciantes informales que, a su vez, generan serios problemas al comercio formal, a la congestión del tráfico y al aseo de la ciudad.
Se trata de un verdadero fenómeno social que se lo debe entender en toda su magnitud; pues, la pobreza de ciertos sectores campesinos e indígenas obliga a encontrar dinero a través del comercio informal, con la venta directa de los productores a los consumidores de la producción de las pequeñas parcelas.
Hemos sugerido desde esta columna, en reiteradas ocasiones, que la solución es de fondo. Un amplio terreno cercano a la ciudad, que permitiera la construcción de un mercado abierto funcional y con todos los servicios con cabida para miles de puestos es lo más conveniente. Decíamos que los predios de la Industrial Algodonera debían ser escogidos.
Las gestiones en este sentido parecen bien encaminadas. Lo importante es implementar los mecanismos para la adquisición de esta hectárea y media de superficie con frente a calle Lizardo Ruiz y el fondo el río Ambato. Todos debemos respaldar esta decisión para la construcción del mercado para solucionar la informalidad que afea a la ciudad.
El Alcalde y el Concejo han acertado en la solución del viejo problema del comercio informal. En 1.994 sucedió algo similar con la construcción del Mercado Ferroviario y la limpieza de la avenida Cevallos. (O)