Talalgia

Columnistas

El dolor de talón es probablemente la segunda queja más común del pie después de los
problemas de las uñas. Hay muchas causas pero la gran mayoría de casos se deben a la
irritación de la inserción de un tejido fuerte (fascia plantar) en el hueso del talón
(calcáneo). Este tejido soporta el arco del pie y cuando su inserción se inflama, puede
desarrollarse una condición crónica, dolorosa e invalidante. Este síndrome, denominado
fascitis plantar, constituye una de las causas más frecuentes de dolor en el pie. La fascia
plantar es un tejido fibroso grueso y tenso situado en la planta del pie que se inserta en
el hueso del talón y se despliega hacia delante para anclarse en la base de los dedos. Su
sobrecarga puede provocar desgarros en su inserción posterior con inflamación de los
tejidos que la rodean incluyendo el hueso. Esto puede originar la aparición de un
«espolón», que aparece en aproximadamente el 50% de los casos. El síndrome doloroso
del espolón del calcáneo incluye la fascitis plantar, la periostitis subcalcánea y el
espolón, que se presentan habitualmente de forma progresiva. El síntoma primario es el
dolor localizado específicamente en el área de carga de peso del talón. Comúnmente es
más severo durante los primeros pasos al levantarse de la cama, disminuye en cierta
medida con la actividad por la distensión de la fascia, y reaparece de nuevo tras un
período de descanso. Es frecuente entre personas que practican deportes
esporádicamente (aeróbicos, voleibol, básquet), individuos con sobrepeso, personas con
arco elevado o pie plano, a menudo personas con pies largos y estrechos, zapatos
inadecuados (sin ninguna ayuda del arco, sin taco o desgastado hacia afuera o sin
amortiguador), aplicar gran cantidad de tensión en la fascia como empujar un auto, en
muchos casos, una carencia de la flexibilidad en los músculos de la pantorrilla puede ser
la causa del fascitis plantar, personas que pasan demasiado tiempo de pie, aumento
repentino de actividad de una persona sedentaria, etc. Nuestra medicina recomienda el
reposo relativo, la fisioterapia, el masaje con hielo, almohadillas para el talón o
taloneras, las ortesis rígidas, las férulas nocturnas, colocación de un yeso, los
analgésicos antiinflamatorios, las inyecciones de corticoides y anestésicos locales Los
ejercicios de estiramiento de la fascia plantar y del tendón de Aquiles, Vendajes
específicos con tiras de esparadrapo, el calcetín de Strassburg, Prostretch, cuñas, el Foot
Flex, sandalias de Mephisto, de Dansko y de Birkenstocks, etc. En la mayoría de los
casos se alivia sin necesidad de intervención quirúrgica (la fasciotomía plantar
endoscópica). Mientras menos se demore en buscar ayuda médica, menos crónica se
volverá la condición y sus complicaciones. Gracias a los generosos e inofensivos
mecanismos de acción que tiene la Acupuntura, tanto sobre la inflamación y el dolor
cuanto como restaurador de los tejidos involucrados en el deterioro de esta lesión, se la
aplica acompañada de Moxibustión y Electroacupuntura con exitosos resultados. Las
características individuales de la enfermedad en cada paciente determinarán la selección
más idónea, complementaria o suplementariamente, del tratamiento a realizarse.

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