Talibanes más allá del radicalismo / Luis Fernando Torres
Que son tan extremistas que desconocerán los más elementales derechos de las mujeres en el vestido y en el trabajo, está fuera de toda duda. Sin embargo, “los estudiantes”, como se les conoce a “los talibanes” en lengua Pastún, saben que su rol está más allá de la aplicación del radicalismo islámico. Por ello, han permitido que las fuerzas militares estadounidenses controlen el aeropuerto de Kabul y puedan ser evacuados, sobre todo, ciudadanos extranjeros. Y no sólo eso. Le han insistido al FMI que continúe con los desembolsos programados, mientras disponen de los 600 millones de dólares que llegaron en medio de la huida del presidente afgano.
Los talibanes son los herederos de los guerrilleros Muyahidines, “luchadores en la guerra santa”, que rechazaron la ocupación soviética de Afganistán, en 1979, y combatieron al ejército comunista aliado del gobierno afgano. Estados Unidos financió y armó a esos valientes guerrilleros, que, en 1996, tomaron el poder y gobernaron por un lustro.
Con la caída de las torres gemelas, en Nueva York, terminó el régimen talibán, el 2001. Estados Unidos, apoyado por una coalición de países occidentales, invadió Afganistán, donde los talibanes habían creado un refugio seguro para el terrorista Bin Laden. En la frontera con Pakistán, hacia donde huyeron, encontraron los talibanes el espacio ideal para operar a nivel militar, político y económico, bajo la protección del régimen pakistaní. Solamente por el control de las rutas del narcotráfico obtenían 2 billones de dólares cada año.
Tanto poder militar y económico llegaron a adquirir que el 2020 el presidente Trump inició negociaciones con los talibanes para establecer un gobierno de consenso, entre ellos y las fuerzas afganas, que permitiera la retirada ordenada de los militares estadounidenses. Las negociaciones avanzaban bien hasta que llegó Biden y dispuso la desordenada salida de su ejército, desconociendo los acuerdos de su predecesor.
Los talibanes les serán útiles a Pakistán para mantener a distancia a la India. El primer ministro pakistaní ha saludado el triunfo talibán. Las inversiones chinas en la región estaban garantizadas cuando Estados Unidos mantenía el orden y la paz en Afganistán. Por ello, el gobierno chino se ha aproximado rápido al régimen de Kabul para proteger sus intereses económicos, al igual que Rusia. Estados Unidos cuenta con instrumentos para impedir que los talibanes repitan lo del 2001. El Banco Central de Afganistán tiene cuentas por 9 billones de dólares en bancos occidentales y, en especial, estadounidenses.
Habrá que ver cómo los talibanes juegan en la geopolítica mundial. Hasta ahora lo han hecho sorprendentemente bien. (O)