Tecnificación en procesos productivos de la “papa”” / John Tello Jara
Aproximadamente mil quinientos millones de personas consumimos “papas” de manera regular, con un promedio regular de 50 kilogramos al año, es decir que comemos un quintal de papas durante el año.
La producción mundial supera los 300 millones de toneladas métrica, en una superficie de 20 millones de hectáreas, con más de 4.000 variedades en diversidad de formas, colores y tamaños; produciéndose en más de 100 países, los cuales pueden sembrarse desde el nivel del mar hasta los 4.700 metros de altura, China es el principal productor; una característica de la producción es la siembra, la cual parte de un pedazo de papa “semilla” la cual puede “sentar” de 5 a 20 nuevos tubérculos.
En Ecuador los indicadores nos muestran un consumo per cápita de 30 Kg al año, con una producción de 300 mil toneladas las cuales se siembran en 50.000 hectáreas, siendo el segundo cultivo más importante en la serranía después del maíz suave.
Aproximadamente 80.000 agricultores se dedican a la producción de este tubérculo de manera directa y cerca de 250.000 personas aportan a su dinámica con mano de otra indirecta (transporte, restaurantes, industrias, etc.).
En muchas ocasiones tenemos sobre producción de papas, debido a que ingresan de Colombia y de Perú, aspecto que motiva la reducción de su precio con la consecuente pérdida de los agricultores, por lo cual sería ideal iniciar un proceso de tecnificación para ubicar al mercado local, papas cortadas en forma de bastón pre cocidas y congeladas.
Para satisfacer el mercado de grandes cadenas que prefieren consumir la papa importada y de ciertos hogares, tendríamos que buscar las variedades que reúnan condiciones adecuadas de absorción y humedad.
También debemos enfatizar la productividad por hectárea de este producto, lo cual difiere mucho en las diferentes provincias, por ejemplo, Pichincha tiene un rendimiento de 21,2 toneladas por hectárea, Carchi 18,8 t/ha, Tungurahua 17,8 t/h, siendo Cotopaxi la de menor productividad con apenas 8,5 t/ha.
Amerita adecuar el suelo y lograr el regadío adecuado para contrarrestar precipitaciones y falta de agua para apoyar a los agricultores de nuestro país. (O)