Terra nullius

Columnistas, Opinión

Terra nullius en latín significa «tierra de nadie o territorio sin dueño». Es la metáfora que más se acerca a la realidad ecuatoriana. Luego del infame y deplorable asesinato de Fernando Villavicencio, es evidente que la política es una cloaca, convirtiéndola en un negocio muy rentable. Ahora los partidos políticos se han transformado en empresas electorales que ha entregado millonarios réditos a sus pseudo inversionistas, llámelos a estos como auspiciantes, futuros proveedores, contratistas que por fin se les cayó la máscara porque su modus operandi no se puede ocultar más detrás de una cortina de humo, pero los siguen encubriendo como “aportes voluntarios”.

Según Ardaya y Verdesoto, en el estudio “financiación de los partidos políticos y las campañas electorales en el Ecuador”, afirman que “pese a la disposición legal, en la práctica no se dejan constancias del financiamiento privado, especialmente si se trata de grandes montos. Tanto los partidos como los donantes mantienen este tipo de transacciones en la total clandestinidad. El costo de las campañas electorales obliga a los partidos a recurrir al financiamiento privado (…)”. Por estos vacíos legales más el escaso o inexistente control del gasto, constituyen la oportunidad perfecta para destinar capitales de dudosa procedencia.

Ecuador está en la mira de la prensa mundial, ya que la politiquería cobardemente arrinconó al pueblo, donde el Estado indolente no puede garantizarle seguridad. Es innegable que las bases de lo que algún día fue la democracia, no existe más, gracias a las mediocres empresas electorales tapiñadas de partidos políticos, que no representan a los objetivos, intereses y visiones de los sectores sociales. Estas organizaciones han transmutado en industrias politiqueras que manejan estrategias apostándole al mejor “showman/show woman” que haga el papel de intermediario para sus ruines intereses.  Los partidos políticos, han perdido su rol fundamental de representar a la sociedad, la cual es invisibilizada una vez que llegue la marioneta a ocupar el cargo de elección popular, porque la o él “excelentísima/o” nueva autoridad, no le debe nada a sus mandantes, pero si le debe mucho a sus patrocinadores de dudoso origen, pero es vox pópuli que son “gente diligente en limpiar sus delicadas prendas hasta que queden muy blancas”. 

Ecuatoriano, este domingo 20 de agosto no te dejes engañar. El voto ciudadano debe ser meditado en beneficio de una patria digna en la que se puedan desenvolver los ciudadanos, gozando de bienestar, seguridad, prosperidad e igualdad de oportunidades. No se debe permitir la manipulación a favor de los grandes capitales y de las mafias, que lo único que hacen es invertir, con el propósito de recuperar su dinero con sus chanchullos. (O)

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