Tesoros artísticos y espirituales

Interculturalidad
Cada trazo y pincelada relata una bendición otorgada y una conexión espiritual que trasciende el tiempo. (Foto El Heraldo)
 

En el corazón de Baños, lugar de gran devoción y tradición es la Basílica de la Reina del Rosario de Agua Santa. Esta iglesia, más que un simple lugar de culto, es un testigo vivo de la fe arraigada en la comunidad y una obra maestra arquitectónica y artística que ha resistido el paso del tiempo y desafió la historia.

Recorrido por los murales sagrados, el interior de esta basílica, es palpable de la profunda conexión que la comunidad tiene con la Virgen de Agua Santa. A medida que los visitantes cruzan las puertas de esta edificación histórica, son recibidos por una asombrosa colección de murales que narran los milagros locales atribuidos a la Virgen, la patrona de la ciudad. Cada pincelada, cada trazo, es un testimonio visual de las bendiciones y los favores concedidos a lo largo de los años.

Los murales, obra del talentoso fray Enrique Mideros, quien trabajó incansablemente hasta 1944 bajo la dirección del fray Acosta, no solo decoran las paredes y techos, sino que también cuentan una historia de fe y devoción que ha trascendido generaciones. Estas magníficas obras artísticas no solo son un deleite estético, sino también un recordatorio constante de la conexión entre lo divino y lo humano.

La Basílica de la Reina del Rosario de Agua Santa no solo es un reflejo de la creatividad y la espiritualidad humana, sino también de la solidez de su construcción. Soportó el devastador terremoto del 5 de agosto de 1949. Mientras la región se tambaleaba bajo la fuerza de la naturaleza, la basílica permaneció inquebrantable, una hazaña que muchos interpretan como un acto milagroso y una prueba de la protección divina de la Virgen Nuestra Señora del Rosario de Agua Santa. (I)

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