Toachi Pilatón IESS / Editorial

Columnistas, Opinión

 

  Conforme transcurre el tiempo los ecuatorianos vamos  informándonos de los escándalos, de los atropellos y de los abusos  cometidos por el gobierno anterior que, durante una década, gobernó a nuestra Nación, sin   respeto a la Constitución de Montecristi y a las leyes, aplicadas sin capacidad y prudencia.

  Lo menos que se debe esperar de un gobernante sensato y de todo su equipo que integra el entorno íntimo de la administración pública,  es el convencimiento conductual del verdadero sentido de servicio a toda la colectividad a la que representan, para tomar decisiones prudentes,  estudiadas y analizadas en toda su complejidad. La vanidad y el egocentrismo deben estar ausentes en las actuaciones diarias.

  El sometimiento a los excesos de exibicionismo personal y el culto morboso de la personalidad del gobernante, dejan huellas negativas en los resultados de la administración. Influenciado por algunos gobernantes socialistas  del continente, a quienes pretendió superarles, emprendió en múltiples obras gigantescas, con sobreprecios y deficiente calidad, cuyas consecuencias están a la vista.

    Entre estas obras, se encuentra el proyecto hidroeléctrico Toachi Pilatón, a un costo elevadísimo, en el que obligó el Presidente a que invirtiera el BIESS la cantidad de 250 millones de dólares, que son recursos de los afiliados. Estos millones debieron servir a la seguridad social y no ser desviados.  

  El proyecto ha fracasado al momento, por lo que los 250 millones están congelados y no se vislumbra la fecha de su devolución. Entre tanto el IESS no puede atender todos los requerimientos de los afiliados. (O)

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