Top cinco

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Ambato se sitúa en la quinta posición entre las ciudades con más heridos y muertes en las carreteras, de acuerdo con la Agencia Nacional de Tránsito. Sería gratificante ocupar puestos de liderazgo en otras áreas: educación, deporte, arte, ciencia, calidad de vida, atención en servicios básicos, etc., no en este tipo de rankings.

Tras un accidente, los causantes, sus familiares, amigos o algunos opinadores justifican la tragedia diciendo que nadie sale a matar. Pero, entre las principales causas está la negligencia de numerosos conductores que irrespetan los límites de velocidad y las normativas vigentes o conducen bajo los efectos del alcohol. A estos factores se suman el desacierto de algunos peatones, la deficiente calidad de varias calles y carreteras y la falta de mantenimiento en los vehículos. Por lo que sea, el resultado sigue siendo el mismo.

En el período comprendido entre enero y octubre de 2024, se contabilizaron 17.474 incidentes a escala nacional. En Ambato hubo 756 sucesos, provocando 443 lesionados y 41 fallecidos. El ranking coloca a Guayaquil en la primera posición entre los cantones con más accidentes, registrando un total de 3.800. Quito ocupa la segunda posición con 3.213 casos, seguida por Cuenca con 966 y Santo Domingo con 816 eventos trágicos. Las cifras resultan alarmantes y deberían dejar lecciones a toda la población.

Aún más, cuando el factor primordial es el ser humano. Hay fallos mecánicos o sucesos ambientales inesperados en las vías que también inciden al momento de desencadenar una desgracia. Sin embargo, en las estadísticas predominan las causas de procedencia humana. La mayoría de eventos desafortunados podrían evitarse, siempre que los conductores y peatones respeten las normas vigentes y se mantengan más cautelosos, en beneficio personal y de los demás usuarios de los lugares públicos.

En el Ecuador de los «desaparecidos», los accidentes se han convertido en un problema de salud pública, debido al cuantioso número de personas que sufren lesiones o incapacidades y al elevado uso de recursos económicos que conlleva su atención. En la quinta ciudad con mayor número de accidentes, no existen acciones concretas para mitigar esta epidemia. Quizás, los llamados «foto radares» ayudaron en cierto grado a disminuir la velocidad. Casi nadie quiere que vuelvan a funcionar, sin embargo, la autoridad responsable del tránsito debería implementar acciones para salir del top cinco, la lista negra, en el 2025.

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