Trastorno de identidad disociativo / Dr. Guillermo Bastidas Tello
El trastorno disociativo de la identidad, antes denominado trastorno de personalidades múltiples, es un tipo de trastorno disociativo caracterizado por diversos estados de personalidades, que aparecen en forma alternada.
El trastorno incluye incapacidad para recordar acontecimientos diarios, información personal importante y eventos traumáticos o estresantes, todo lo cual no se perdería normalmente con el olvido ordinario.
La causa es casi siempre un traumatismo infantil muy grave.
El diagnóstico se basa en la anamnesis e historia clínica, a veces con hipnosis o entrevistas facilitadas por fármacos de la “verdad”.
El tratamiento consiste en psicoterapia prolongada, a veces con terapia farmacológica para la depresión y la ansiedad asociada.
El trastorno de identidad disociativo se presenta como Posesión o Falta de posesión
En la forma de posesión, las identidades por lo general se manifiestan como si se tratara de un agente externo, normalmente un ser sobrenatural o espíritu (pero a veces otra persona), que ha tomado el control de la persona, haciendo que hable y actúe de una manera muy diferente. En tales casos, las diferentes identidades son muy manifiestas y fácilmente detectadas por los demás. En muchas culturas, estados de posesión similares son una parte normal de la práctica cultural o espiritual y no se consideran un trastorno de identidad disociativo. La forma de posesión que se produce en el trastorno de identidad disociativo se diferencia en que la identidad alternativa no es deseada y se produce de forma involuntaria, provoca malestar y tensión significativos, y se manifiesta en momentos y lugares que violan las normas culturales y religiosas.
Las formas no posesivas tienden a ser menos evidentes. Las personas pueden sentir una alteración repentina en su sentido de sí mismos, tal vez sintiendo como si fueran observadores de sus propias palabras, emociones y acciones, en lugar de agentes. Muchos también tienen amnesia disociativa.
Los pacientes experimentan un sentimiento de despersonalización, como ser irreal, extraído de sí mismo y desconectado de los procesos físicos y mentales propios. Los pacientes dicen que se sienten como un observador de su vida, como si se estuvieran viendo a sí mismos en una película sobre la que no tienen ningún control (pérdida de la acción personal).
Pueden tener pensamientos, impulsos y emociones repentinos que no parecen pertenecer a ellos y que pueden manifestarse como múltiples corrientes de pensamiento confusas o como voces. Algunas manifestaciones pueden ser vistas por los observadores.