Un atractivo cementerio / Luis Alfredo Silva Zambrano
Existe un viejo refrán, que dice: «Muere El Rey, muere El Papa, de morir nadie se escapa». Por eso, todo pueblo, por lejano y
humilde que sea, tiene un cementerio, para sepultar a sus seres queridos que han fallecido.
En nuestro peregrinar, por todo el territorio ecuatoriano, con estudiantes universitarios, turistas, amigos y familiares, hemos visitado varios sitios turísticos; entre ellos, cementerios , como el campo santo de La Ciudad de Guayaquil, que se destaca por obras monumentales, que recuerdan a presidentes del país, artistas, periodistas, deportistas y otros, ya fallecidos, a quienes se los recuerdan, con la construcción de espectaculares esculturas de mármol.
Otro atractivo cementerio, es el de La Ciudad de Tulcán, admirado por las hermosas esculturas, elaboradas en árboles de ciprés, formando un conjunto en vivo de arte en verde; por lo que ha sido calificado, no solo como el mejor del país sino del continente.
En contraste existen otros cementerios muy pobres, que apenas una cruz, indica que allí esta sepultada una persona. En uno de ellos, en los muros que lo circunda, encontramos escrito una verdad, que dice: «Aquí termina el orgullo y la vanidad, aquí todos somos iguales».
El cementerio de La Ciudad de Tulcán, se encuentra ubicado en la calle Cotopaxi; entre Venezuela y Ambato. Desde la entrada, se observan fantásticas figuras en ciprés, que representan figuras espectaculares de la historia aborígen del Ecuador.
En otro sector existen, maravillosas representaciones de animales como tortugas, osos, armadillos, entre otras distintas formas geométricas, varios arcos y paredes vegetales, engalanadas con diferentes adornos. Todo, es un mágico y encantador conjunto de arte.
El Cementerio de La Ciudad de Tulcán, ha sido ampliado para dar nuevas representaciones que engalanaran el nuevo espacio. Hoy el campo santo, es patrimonio nacional y cuenta con mas de cien esculturas, en las que se muestran una parte de la historia de la humanidad. Las personas, que por primera vez conocen, se han impresionado tanto, que dicen: «Es un cementerio que invita a morir».