Un dolor de cabeza

Columnistas, Opinión

Después de la fatiga, el hambre y la sed constituye una de las molestias más frecuentes. Puede constituir un síntoma de enfermedad, ser tan sólo una expresión de tensión de poca importancia o, excepcionalmente, refleja una enfermedad grave. El paciente rara vez nos da una información útil ya que la intensidad es relativa y depende si el paciente es vigoroso o quizás neurótico con tendencia a magnificar el cuadro. Pero existe un dolor incapacitante como en la migraña que no le permite al paciente efectuar el trabajo ni las actividades diarias. 

También llamada jaqueca, se caracteriza por dolores fuertes y palpitantes que generalmente afectan a un solo lado de la cabeza, acompañado de náuseas, vómitos, distorsión de la visión, vértigo e hipersensibilidad a la luz y al ruido. Una migraña clásica es precedida por un aura, que dura de 5 a 30 minutos antes de empezar el dolor. El 70 por ciento de los enfermos son mujeres y se sabe que los cambios de los niveles hormonas durante la menstruación y ovulación provocan, a menudo, ataques. 

El dolor de cabeza al igual que muchos de nuestros problemas de salud son multifactoriales, es decir que, para que se produzca, requieren confluir varios factores ya sean, causales, degenerativos, predisponentes, desencadenantes, agravantes, entre otros.

Las condiciones generales de salud de los progenitores, sobreesfuerzo de trabajo, alcohol, la salud que nuestros padres tuvieron en el momento de la concepción, la condición físicas, nutricionales, psico-emocionales de la madre en el embarazo. Otro factor es el excesivo trabajo mental, factores nutricionales (no comer lo suficiente, comer demasiado, comer muy rápido, irregularmente o demasiado tarde), excesiva cantidad de café, chocolate, vinagre, sal en la dieta, los químicos de las conservas y carnes ahumadas. También afectan los cambios de presión atmosférica, cambios en la altitud, el resplandor solar, los factores emocionales (la ira, el resentimiento, las preocupaciones, el sobrepensar un determinado problema que se nos presenta en la vida), etc.

Por la trascendencia que tiene el diagnóstico oriental, características de la lengua, calidad de pulso y más, para su tratamiento acupuntural requiere de un estudio sistemático y amplio para catalogar y clasificar el dolor de cabeza ya que es en  la cabeza donde confluyen casi todos los canales energéticos, de ahí que es menester conocer la aparición (brusca, progresiva), la localización (focalizado, generalizado), la intensidad, el tipo (pesantez, filiforme, pulsátil), la duración, las características (horario, periodicidad, relación con esfuerzos), las condiciones que lo desencadenan, lo exacerban, o mejoran (con actividad, descanso, postura), los síntomas acompañantes (mareo, náusea, intolerancia al ruido o a la luz, visión borrosa, dolor retro-ocular, contractura de cuello).

Por las múltiples probabilidades diagnósticas a considerar este dolor debe ser manejado con sutileza y propiedad, ya que la intención no debe ser sólo bloquearlo o suprimirlo sino buscar la raíz de su aparición. Sobre esta base debemos concluir que, para los dolores provocados por disfunción energética, migrañosos, jaquecoides y que no requieran tratamiento quirúrgico, la Acupuntura no solamente alivia, sino que es potencialmente curativa. (O)

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