Un verdadero calvario / Paul Viteri Albán
La situación en la que se encuentran los habitantes de varios sectores de la ciudad por el constante y descomedido desabastecimiento de líquido vital generado por parte de la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Ambato (EMAPA), se ha convertido en un verdadero calvario, esto en razón de que los cortes de agua son constantes, dos, tres y hasta cuatro veces por semana, teniendo que pasar en muchos casos días completos sin suministro de este elemento de uso constante y vital para los ciudadanos.
Es increíble el solo pensar que en pleno siglo veintiuno en un sector donde existe, un pleno y franco desarrollo urbanístico como lo es el sector de Macasto perteneciente a la parroquia Rural Atahualpa, como una referencia, en donde se construyen una gran cantidad de proyectos de vivienda, no cuente con el abastecimiento de agua potable; y, que en la mayor parte de viviendas ya habitadas del sector se pueda visualizar una gran cantidad de tanques de reserva que por obvias razones no son suficientes para abastecer los reiterados cortes.
Los constantes llamados y requerimientos de los usuarios, por poco y ya son tomados como una burla, pero especialmente no existe ni por idea, la más mínima posibilidad de que esto mejore, según comentarios de funcionarios de la misma institución, aun cuando esta se publicita con grandes letras “LLEVAMOS AGUA, LLEVAMOS VIDA”, por lo que sería bueno preguntarle a su principal y colaboradores ¿y cuando llevaran agua” a la zona antes descrita y a otros sectores de la ciudad.
La Constitución de la República del Ecuador, en su artículo 318 dispone que el agua es patrimonio nacional estratégico y de uso público, dominio intangible e imprescriptible del Estado, y constituye un elemento vital para la naturaleza y “para la existencia de los seres humanos”, por lo que las políticas y acciones públicas siempre deberían ir encaminadas a que las personas que somos parte de una ciudad por lo menos tengamos el suministro constante de líquido vital, ya que se hace indispensable que tanto autoridades parroquiales, cantonales e institucionales hagan algo al respecto, especialmente que lo hagan, antes de que la ciudadanía cansada de esta situación se organice y tome otras medidas al respecto. (O)