Una lucha permanente de la vida
Cristina Aspiazu tiene 27 años y desde los 24 mantiene una lucha constante con el cáncer a la sangre (linfoma de Hacking) que ha deteriorado su salud, pero las ganas de vivir la motivan a salir adelante venciendo todo pronóstico.
Diariamente debe lidiar con las molestias generadas por esta terrible enfermedad, pero a la vez, también debe preocuparse del proceso legal que sigue en contra del Ministerio de Salud.
“Tuve que seguir un proceso judicial, ya que no he recibido la medicina. Cada ampolla que necesito va desde los cuatro mil dólares y el protocolo es de 12 sesiones. Mi lucha es permanente”, contó. Pese a la difícil situación, Cristina asegura que la belleza debe romper estereotipos y ser mujeres luchadoras.
“Tengo toxicidad en el corazón y estómago a causa de las quimioterapias y si no recibo la medicina, sin duda empeoraré”, puntualizó. Al momento el proceso legal se mantiene en revisión en Quito. (I)