Unidad para combatir la desnutrición

Ciudad

La Viceprefectura de Tungurahua lidera el Plan Provincial de Nutrición que está concebida para combatir la desnutrición crónica infantil. (Foto El Heraldo)

La desnutrición infantil crónica se ha convertido en el estigma de la población. Datos revelan que Tungurahua es una de las provincias con mayor índice. La coordinación interinstitucional facilita el camino para combatir el problema que afecta en el desarrollo y crecimiento de los niños. El Plan Provincial de Nutrición se presentó bajo el liderazgo de la viceprefecta Saida Haig.

“La cifra alarmante mayor del 17 por ciento de desnutrición crónica en niños menores de dos años motiva el análisis de la problemática. Agradezco a la Prefectura que se haya tomado el tiempo para revisar las cifras. Tungurahua es la provincia que tiene más desnutrición en los niños y por ellos se busca la ayuda con todas las instituciones para trabajar y cumplir las metas”, expresó Andrea González, coordinadora Zona 3 de Salud.

La gestora del plan Saida Haig, a nombre del prefecto, agradeció a las autoridades y resaltó el apoyo de las instituciones que fueron parte de mesas técnicas. Señaló que, la desnutrición crónica infantil se evidencia como uno de los problemas de salud pública más graves, incrementando el riesgo de muerte a la vez inhibe el desarrollo cognitivo y afecta el estado de salud de por vida.

Al referirse a Tungurahua, dijo que está por encima de la media con el 32,48% en niños menores de 5 años; mientras que, el 27.17% se registra a nivel nacional, siendo el sector indígena el que presenta mayores índices de desnutrición crónica.

Wellington Sandoval, delegado de la Universidad Central del Ecuador y ex ministro de Salud, aclaró que “el problema grave no está en la estatura y peso de los niños, sino en las afectaciones de la corteza cerebral, aspecto que nos distingue en el reino animal. La corteza cerebral es el poder cognitivo y capacidad de aprender, por lo que es importante. Su desarrollo se concreta en las 12 semanas de vida intrauterina y cuando el niño tiene dos años ya está desarrollado el 80 por ciento, cuando tiene cinco años llega al 95 por ciento y hasta los 25 años se completa el 5 por ciento adicional. Por lo tanto existe la obligación moral de ayudar en los mil primeros días del niño”. (I)

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