Unidos contra la inseguridad / Editorial
La inseguridad es, en los actuales tiempos, una de las lacras más perversas para nuestra sociedad. Muchos se han alineado en este andarivel para atentar a los derechos de sus semejantes que van perdiendo, de a poco, la tranquilidad, la confianza, el respaldo de las autoridades, la correcta aplicación de las leyes.
Los vecinos de todos los sectores y barrios de la ciudad reclaman mayor seguridad ante esta avalancha de criminalidad. En muchos lugares se han organizado en comités, realizan marchas para expresar su repudio y exigir respuesta de las autoridades.
La seguridad es compromiso de todos, es verdad, las instituciones públicas, sus autoridades y el público tienen que cumplir una tarea fundamental en esta lucha sin cuartel, que es difícil y de todos los días. Pero, no cabe duda que las instituciones públicas tienen la mayor responsabilidad porque disponen de los instrumentos legales y coercitivos necesarios.
La dotación de servicios es fundamental, el alumbrado público es esencial. El control de casas viejas y deshabitadas, solares abandonados, que son refugio de indigentes, de alcohólicos y drogadictos son problemas que merecen solución urgente.
La proliferación de cantinas, de discotecas, cabarets y otros similares llamados de “diversión”, muchos de los cuales son de degradación moral y física, no puede continuar.
Las autorizaciones para su funcionamiento son concedidas en forma muy ágil, sin controles necesarios, sin inspecciones serias. Muchos de estos lugares generan la delincuencia y el desaseo. Algún día se logrará que Ambato sea la ciudad de paz, de trabajo y de convivencia civilizada. (O)