Uno más uno es dos
El pasado miércoles 17 de abril, el periodista Fernando del Rincón de la cadena CNN entrevistó en su programa Conclusiones a Karen Sichel, exasesora jurídica del expresidente Guillermo Lasso, abordando tres temas: la consulta popular; el supuesto sabotaje político que desencadenó la severa crisis energética que hoy afronta el Ecuador y las relaciones de políticos corruptos como Correa, Glas y otros con el crimen organizado. La conclusión del periodista al unir cabos sobre estos tres escenarios fue clara y directa: “uno más uno es dos, el que quiera entender que lo entienda, así de fácil.”
Con respecto a la consulta, aquellos políticos que promovieron el NO a preguntas como la extradición a líderes de bandas criminales, el endurecimiento de penas a narcotraficantes, la militarización para combatir al crimen organizado y otras, lo hicieron porque comulgan con el delito. Uno más uno es dos, así de claro, ¿qué honesto estaría en contra?
En cuanto al presunto sabotaje a las hidroeléctricas, la justicia tendrá que determinar si la exministra de energía Andrea Arrobo y una veintena de exfuncionarios de esa cartera de Estado cometieron delito de traición a la patria; sin embargo, es evidente que de su parte hubo, por decir lo menos, una grosera y deliberada negligencia, ineptitud e incumplimiento de funciones.
No obstante, todos estos hechos permiten fácil y directamente deducir que si aquellos políticos corruptos ya incendiaron Quito, si nos quitaron el suministro de agua potable en Ambato, si acuerdan con narcos para que los liberen de la cárcel, si compran jueces y si exigen a grito destemplado sancionar duramente a su propio país, entonces no es difícil además que hayan vaciado la hidroeléctrica Mazar, ¿acaso no actúan así las organizaciones criminales? ¿acaso no es terror lo que suelen sembrar los narcos? Uno más uno es dos, la suma es por demás obvia.
Pero para llevar a cabo sus actos terroristas necesitan compinches, por lo que en el caso de las hidroeléctricas, la aparente cercanía de la exministra Arrobo con un ala correísta podría ser el eslabón que pone en evidencia esta elemental suma. Y es que tanto a Guillermo Lasso como a Daniel Noboa se les advirtió hasta el cansancio la necesidad de limpiar la burocracia de correístas y ninguno hizo caso. Al menos Lasso no pactó, en cambio Noboa, al hacerlo, aprendió (eso esperamos) que transar con narco-políticos siempre tendrá consecuencias nefastas.
Hace apenas ocho días en mi columna semanal escribí: “recuerde usted que son mafia (refiriéndome a los narco-políticos) y las mafias juegan sucio, no me sorprendería, por tanto, que en el momento menos pensado nos asesten un fulminante golpe bajo con una herradura escondida en el guante.” Al parecer no me equivoqué, y es que sumar uno más uno es tan elemental que resulta inevitable colegir el resultado. (O)