Vallas en iglesias / Editorial
Tras la desmontada de la alegoría de La Catedral, por motivo de la Fiesta de la Fruta y de las Flores (FFF), edición 69, se dejó puesta en la entrada de la iglesia símbolo de los ambateños, una valla a lo largo de las puertas de este templo católico.
Con buenos ojos se ha visto la protección, ya que, lastimosamente, gente sin hogar, hacía mal uso de este espacio, donde existía suciedad; además, ciertas personas solo buscaban irrespetar la casa de Dios.
Otros ciudadanos, por otra parte, se han mostrado negativos, argumentando que se debe ayudar a gente sin hogar; no obstante, reconocen que sí había un mal uso de este espacio, donde, a veces, el temor al pasar por ahí en las noches, era latente, porque algunas personas se mostraban agresivas.
Si bien es cierto que la casa de Dios está abierta a todos los fieles creyentes, la misma debe ser respetada y cuidada, independientemente de la condición económica y social, ya que al final todos somos seremos humanos con errores y virtudes.
Se espera que la gente que llega a los exteriores de las iglesias no destruya su arquitectura, ya que los templos son sagrados y, ojalá, no haya la necesidad de poner más vallas, ya que La Catedral, como ejemplo, llegó a un límite, donde su infraestructura exterior comenzó a deteriorarse por ciertos ciudadanos sin la debida cultura. (O)