Verdad ilusoria 

Columnistas, Opinión

Se ha preguntado alguna vez ¿por qué algunos políticos suelen repetir incansablemente un término, una expresión o una frase que no necesariamente es verdad? El caso más patético en el Ecuador de nuestros días es, tal vez, la del prófugo Rafael Correa quien desde que era presidente y sobre todo ahora que está condenado e investigado penalmente, repetía y repite con especial vehemencia: “nos pueden robar todo menos la esperanza”, “los corruptos siempre fueron ellos”, “los honestos somos más”, “prohibido olvidar”, “hasta la victoria siempre” o “si me encuentran que he robado veinte centavos me pego un tiro”, entre otros. 

La respuesta es simple, porque “Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad.” 

Pero este es mucho más que un bonito y certero refrán. Tiene un trasfondo científico que toma el nombre de “verdad ilusoria” conocida como un fenómeno cognitivo donde una afirmación repetida con frecuencia tiende a ser percibida como veraz, incluso si es falsa. En varios experimentos sociales los participantes fueron expuestos a algunas afirmaciones (unas verdaderas y otras falsas) para que evaluaran la veracidad de cada una. Los resultados mostraron consistentemente que las afirmaciones que habían sido repetidas eran juzgadas como más veraces que aquellas que solo se habían presentado una vez, incluso cuando las afirmaciones repetidas eran falsas. 

El estudio revela que al ser las afirmaciones cognitivamente más fáciles de procesar y dada la cantidad de veces que se las escucha, en un momento dado el cerebro las confunde con verdad. 

De ahí que, a pesar de la cantidad abrumadora e irrefutable de pruebas de corrupción en contra de Rafael Correa, él siga repitiendo que no ha robado ni veinte centavos y que si los encuentran se pegará un tiro. No obstante, la verdad es que no solo que se los robó, sino que hay pruebas demoledoras que lo confirman en casos como Odebrecht, Petrochina, repotenciación de la refinería, Coca Codo, Arroz verde y muchos más, los cuales suman más de veinte centavos, sin embargo, el tiro aún no resuena; y tampoco lo hará, porque mientras más veces repita que no se ha robado nada, más se convencerá él de sus mentiras y más incautos también lo harán. 

El nombre técnico es acertado porque “Ilusoria” viene de ilusión, de fantasía, de espejismo. Eso quiere decir que una verdad ilusoria es una verdad inventada, irreal, imposible, en una palabra: una mentira. Pero Correa sabe de los poderosos efectos de la verdad ilusoria en la psiquis colectiva, de ahí que no desaprovecha oportunidad para seguir mintiendo hasta el hastío; sabe que en algún momento sus mentiras se harán verdad. (O) 

mariofernandobarona@gmail.com 

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