Vida perdida por desamor
Un barrio de la parroquia Santa Rosa, se vio sacudido por una trágica noticia. Un adolescente de apenas 16 años de edad, decidió poner fin a su vida, dejando tras de sí un profundo pesar en su familia y la comunidad, la noche del viernes 5 de julio.
Todo comenzó alrededor de las 21:30 horas. El adolescente, que trabajaba en una carpintería en Izamba, llegó a su hogar un poco tomado. Su familia, incluida su concuñada, notó su estado, pero no pudo prever el desenlace que se avecinaba. Tras una cena en familia, todos se retiraron a descansar, ajenos a la tormenta emocional que se desataba en el joven.
Fue poco después, cerca de las 21:25 horas, cuando un familiar encontró al adolescente en su dormitorio, inconsciente. La escena era desgarradora: el cuerpo yacía en el suelo, sin vida, con un surco depresivo en su cuello, evidencia de un trágico intento de escapar de sus problemas sentimentales.
Una familiar, en un intento desesperado por salvar a su concuñado, llamó al ECU-911. La ambulancia llegó rápidamente, pero los paramédicos solo pudieron confirmar lo inevitable: el joven había fallecido. Los procedimientos legales fueron llevados a cabo por el fiscal de turno y el equipo de Criminalística.
Las entrevistas con los familiares revelaron el trasfondo de esta tragedia. Una tía compartió que su sobrino había estado viviendo con su novia durante unos dos años. Un mes antes, el adolescente le había confesado sus pensamientos suicidas tras haber visto a su pareja con otro chico. Pese a los consejos de su familia para que reconsiderara, la presión emocional resultó ser demasiado. (I)