‘Vigilantes del volcán’ ahora serán formadores
Es uno de los primeros en integrar el equipo de vigías u observadores del volcán Tungurahua. Carlos Sánchez, exmilitar y exbombero tiene sinnúmeros de experiencias que contar con relación a la ‘mama Tungurahua’. Su punto de observación está a tres kilómetros del coloso en la ‘Casa del Árbol’ en Runtún de Baños.
“Nuestro trabajo continúa. Fuimos capacitados para actuar en toda emergencia, primero con lo del volcán y también para saber responder en caso de terremotos e inundaciones. La naturaleza es impredecible”, mencionó Sánchez que fue uno de los que recibió la condecoración.
Juan Martínez, es vigía y presidente del Gobierno Parroquial de Cotaló, recordó que el 2006 fue la época más difícil y cuando demostraron toda capacidad de respuesta. “Ese año fueron las dos erupciones más fuertes del Tungurahua, las autoridades se dieron cuenta que los guardas fuimos el pilar fundamental para salvar vidas. El reconocimiento es merecido. La Asamblea Nacional también nos ha invitado”, sostuvo.
Entre Tungurahua y Chimborazo existen 36 vigías. El reconocimiento se hizo en la Casa del Portal a las 10:30 horas de ayer.
Aseguran que pese a que el volcán fue declarado en alerta blanca no se confían. “Se ha pedido a las autoridades que no nos dejen solos, porque nunca se sabe con la naturaleza. Esperamos seguir con la ayuda y si es posible contar con algún tipo de remuneración. Estos años hemos trabajado de manera voluntaria”, expresó Carlos Sánchez.
La coordinadora zonal de la SGR, Patricia Larrea, mencionó que la ministra Patricia Ocles ha planteado el requerimiento de que sea reconocido económicamente el trabajo de los ‘vigilantes del volcán’ y esperan que apruebe la Asamblea.
Además, dijo que ahora ellos se convertirán en formadores. Serán los encargados de capacitar a los voluntarios en Cotopaxi para que transmitan la información temprana en casos de emergencia con el volcán.
Rocío Yuglla de 48 años de edad, también es voluntaria y aseguró que pese a ser declarado inactivo el volcán, no ha perdido la costumbre de observarlo. “Nunca se sabe con la naturaleza”, expresó. (I)