Visiones e intereses

Columnistas, Opinión

Todos tienen razón, desde su esquina. Por ello, su opinión de colaboración no descarta pensar en que los demás deban contribuir en mayor o menor grado para apoyar la iniciativa y gestión gubernamental encaminada a devolvernos la seguridad y la paz, vía control y eliminación de los GDO, terroristas y narcotraficantes; lo que no significa, necesariamente, que él o los proponentes de esta opción, den ejemplo de solidaridad adicional, a lo que ya realizan o presuponen que lo hacen.

De ahí que mensajes de requerimiento, frente a una propuesta contributiva excepcional, sean condicionales y ajustados, según convenga, a una revisión crítica de acciones gubernamentales adoptadas en determinado momento para beneficiar a un grupo o alguien en particular. Es de anotar que entre aquellos -por cierto- el emisor no se cuenta.

Entonces, la sugerencia, revisionista no es sino el pretexto parte exigir y justificarse. Ya lo hemos visto antes en más de una ocasión. Y claro, en rostros que se dicen amigos. 

De cualquier forma, insistir en que deben pagar más los que más ganan y se benefician, dígase bancos, empresas, inversionistas, constructores, bienes raíces, y otro tipo emprendimientos, no deja de ser apropiado, aunque suene a ineficientemente inoportuno dada la urgencia.

Y no es suficiente, pensando desde el beneficio general que la acción gubernamental, se supone tendrá para todos los ecuatorianos, seguir argumentando en favor de mejorar las recaudaciones acumuladas de varios gobiernos ineficientes. 

Si vamos en ese orden de ideas, es menester que todos los potenciales beneficiarios sean los aportantes de la ayuda requerida para garantizar el emprendimiento de seguridad y paz que demandamos y que el presidente se ha propuesto llevarlo adelante y lo está haciendo, en cumplimiento de su compromiso de campaña.

Esto, de ninguna forma restringe la revisión de aportes adicionales de quienes más ganan y mayores ingresos y beneficios reciben de sus emprendimientos, porque seguramente ellos, por citar algo, podrían ser de los primeros blancos de la criminalidad y, su seguridad, es un indicador no menor en el desempeño gubernamental a ser considerado con énfasis.

Si los bancos tienen beneficios altamente considerados, es justo y lógico que contribuyan con relación a ellos, tanto como otros grupos empresariales en referencia a los suyos.

¡Cada uno de acuerdo con sus posibilidades!

Pero, si hay algo que resulta inadmisible es la anticipación negacionista a contribuir. La negación por antonomasia, con el desparpajo pegado a la piel, por el simple hecho de no coincidir con lo que se piensa y se calcula.

El ser solidario que habita en cada espíritu ecuatoriano, a diferencia de algunos otros menos expresivos e indulgentes, no se pierde en el costo, sino que se fortalece en la inversión de saberse seguro y por tanto vivo, habilitado para trabajar y emprender sin miedo, para superarse y buscar mejores días para los suyos. 

Está acostumbrado a compartir un mendrugo con quien no lo tiene, sin esperar ni tan siquiera un gracias. 

Defender y garantizar la vida, es su prioridad.

Es de esperar que las acciones urgentes que están siendo emprendidas tengan un final feliz y, consecuentemente, el apoyo que hoy se requiere de todos para hacerlas posibles, dadas las condiciones económicas restrictivas del Estado, en algún momento terminen. Recordemos que no son ni las primeras ni tampoco serán las últimas.

Es verdad que nadie quiere pagar más, pero también es cierto, que -todos- queremos vivir en paz. Y esto, es cuestión de visiones e intereses.

Si hay que alinearse, mi apoyo no se pierde y mi espíritu sabe de antemano lo que debe hacer. El tiempo y no el capricho, finalmente asignará la razón. (O)

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