Vivieron momentos de terror al tratar de acampar
El cerro ‘Fuya-Fuya’, ubicado dentro del Valle Interandino entre las provincias de Pichincha e Imbabura, a 10 kilómetros al sur de Otavalo; fue el sitio donde cuatro montañistas, vivieron una noche y madrugada de terror.
Los afectados recomendaron a los tungurahuenses que les gusta la excursión, tomar en cuenta esta situación.
Según Mónica N. (nombre protegido) la experiencia de acampar en el cerro prometía ser inolvidable para ella y su hija de 14 años de edad; por lo que planearon este viaje basándose en la información obtenida en la página oficial del Geoparque Imbabura donde consta como uno de los Geositios el Complejo Volcánico Mojanda.
Los cuatro turistas programaron la salida el sábado cuatro de mayo de 2024, quedándose en las Lagunas de Mojanda la tarde y noche con el objetivo de acampar, pero se presentó una lluvia intermitente y decidieron ingresar en el vehículo de Mónica hasta que escampe; mientras esto sucedía, vieron acercarse a dos personas en moto; quienes examinaron el lugar y continuaron su camino.
Luego de unos minutos al parar la lluvia y despejarse el atardecer, ayudaron a armar la carpa del guía, y observaron a una pareja que también empezó a armar su carpa metros más abajo; por lo que pensaron que lo más conveniente era dormir en los vehículos.
Cerca de las 23:30 horas, Mónica escuchó la alarma del carro de su amiga que se encontraba estacionado cerca de ella, por lo que se pasó a la parte del piloto, abrió la puerta del carro y gritó buscando respuesta de su amiga.
Aquí se percató que dos hombres de acercaron de modo desafiante a su vehículo.
“Cerré la puerta del carro, puse seguro, uno de estos hombres me golpeó la ventana, por un momento pensé que era un guardaparque; sin embargo, sentí un golpe fuerte en la ventana de la parte de atrás, no sabía qué hacer, ni como prender el carro, hasta que me da otro golpe y otro golpe.
No sabía si iba a poder salir, ni como pedir ayuda ya que en este sector no hay señal, no había nada; arranqué el vehículo y pude observar el carro de mi amiga que estaba siendo atracado por cuatro hombres más, en ese momento aceleré solo pensando en pedir ayuda, más adelante estaba una camioneta, seguramente era de ellos; no creo que se esperaban que alguien escape ya que estaba apagado el motor”, dijo la ambateña afectada.
Agregó que en el momento en que pasaron por alado de ellos prendieron el carro y empezaron a seguirles y sin conocer el camino continuaron descendiendo de la montaña, pero otra camioneta venía de frente hacia ellas con la intención de bloquear el camino.
Pero por la velocidad en la que iba perdió el control del carro y se fue contra la montaña; sin embargo, su reacción fue inmediata al dar retro y avanzar para salir del lugar.
Según comenta Mónica ella junto a su hija intentaron comunicarse con el ECU 911 pero no lo lograron porque no tenían señal, cuando ya pudieron hacerlo, informaron sobre el hecho, pero continuaron por el camino hacia la población.
Las personas que estaban en el otro vehículo que fue abordado por los ladrones, eran el guía y Carmen N. (nombre protegido).
“Una vez que paró la lluvia y armamos la carpa del guía, ingresé a mi carro. Cerca de las 23:15 horas, el guía se acerca a mi carro y tocó mi ventana, le abrí la puerta para que ingrese y me comentó que unos hombres intentaron abrir su carpa pidiendo leña, pero al indicarles que no tenía se fueron. Los gritos del guía probablemente alertaron a la pareja que también se encontraba acampando metros más abajo, por lo que minutos más tarde empezaron a recoger sus cosas y se alejaron del lugar”, dijo.
Carmen le habría sugerido al guía que ingrese a su carro, y así evitar problemas con estos hombres. Minutos más tarde siente un fuerte golpe en el vidrio correspondiente al del piloto; aturdida por el sonido de la alarma de su carro y sin saber qué es lo que pasaba por dos ocasiones más vuelven a golpear el vidrio del carro, lo que provoca que se haga un agujero por donde arrojaron gas pimienta.
Estos fueron momentos de terror para todos, quienes luego lograron denunciar la situación a la Policía Nacional, considerando que los ladrones se llevaron todo, incluido teléfonos celulares, donde existe información personal de las víctimas y no serían las primeras ni únicas víctimas de los atracos. (I)