Votar sin esperar milagros
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El día de hoy los ecuatorianos estamos llamados a votar responsablemente, por amor a nuestros hijos, para heredarles una patria digna, encausada por un sendero democrático en donde se pueda trabajar con decencia y envejecer con dignidad.
Volvemos a las urnas, “Como nunca”, con 16 binomios queriendo enrumbar la patria; y al calor de una campaña populista hemos escuchado cientos de propuestas que seducen la emoción del pueblo y dejan poco espacio para la reflexión; nos han ofrecido soluciones rápidas y simples a problemas complejos como la seguridad y el déficit fiscal.
Al parecer son dos candidatos los que tienen mayor opción de llegar al sillón de Carondelet; Daniel Noboa por el Movimiento ADN y Luisa González por la Revolución Ciudadana. En este contexto, el sufragante responsable debe analizar el ambiente que rodea a estos potenciales finalistas.
Daniel Noboa lidera su propio movimiento, con una tendencia política de centro derecha, apegado a la economía de mercado, con énfasis en la inversión privada y menos intervención del estado en la economía; y con una política internacional muy cercana a Estados Unidos, principal socio comercial del Ecuador. Su binomio María José Pinto, vinculada a la industria textil y sin pasados judiciales que manchen su nombre.
Básicamente Noboa propone una “Política Nacional para fomento industrial” con el objetivo de diversificar la economía con inversión en infraestructura, así como la promoción de sectores a los que considera “estratégicos” como el turismo, la agroindustria, la economía digital, la economía creativa y la economía del conocimiento.
Luisa González con una tendencia de izquierda progresista alineada al socialismo del siglo 21, liderada por el expresidente Rafael Correa, que eventualmente es quien tomaría las decisiones en caso de ganar esta candidata. Esta corriente política promueve un estado gastador, con énfasis en la inversión pública y en los subsidios; y con una política internacional muy cercana a países con tendencias de izquierda como Venezuela, Cuba y México. Su binomio es Diego Borja, funcionario del gobierno de Correa, miembro del Comité de Deuda que sobre endeudó al país en más de 20 mil millones de usd, con la anuencia de los contralores Polit y Celi.
Luisa González, básicamente propone orientar la política laboral hacia la recuperación de los niveles de calidad del empleo; ¿Cómo? No lo ha dicho. Además, propone financiar proyectos sociales con las reservas internacionales del Banco Central del Ecuador. ¡Qué peligro para sostener la dolarización! La economía nacional necesita un gobernante serio, que apoye la construcción de empresas sostenibles y rentables que generen empleo y riqueza, no necesita una líder dependiente que siga las directrices del expresidente prófugo. Necesitamos soluciones estructurales que aborden los problemas de raíz; no necesitamos de milagreros que tomen medidas populistas que generan pan para hoy y hambre para mañana. Votemos con resiliencia sin esperar milagros. (O)