Vuelta a la nada / Kléver Silva Zaldumbide
Mientras ayer elevaba mis ojos hasta la punta del alba en una desanimada y lúgubre mañana, corrieron por mi mente todos los acontecimientos de una vergonzosa historia de mi país. Me pregunto si algo ha cambiado desde el primer presidente de nuestra República. Progresivamente y con cada vez mayor ambición obsesiva ha ido aumentando el atraco de los fondos públicos por parte de muchos de los “chupacabras” (depredadores furtivos que atacan en silencio y sin dejar huella) de turno, consecuentemente ha ido elevándose el estándar de empobrecimiento, caldo de cultivo de la inseguridad, delincuencia, migración y sus secuelas infames. Las rebeliones patrióticas y sin tintes políticos de las masas populares inconformes han sido usurpadas por populistas aprovechados que han llevado al país al fracaso y a la quiebra de todas las instituciones que se crearon para servir. No se necesita ser erudito en realidad nacional para poder observar como el país va cayendo en el abismo de la pobreza de muchos y la riqueza de pocos, muchos de ellos embusteros de una falsa izquierda y de una mala imitación de derecha. Cada vez y con más frecuencia hemos errado en escoger a nuestro líder por dejarnos llevar de la pasión y el hábil ofrecimiento como estrategia vil de estos antipatriotas que sin sentimiento de piedad o culpa nos han gobernado y han asaltado nuestras riquezas nacionales, quebrándole al Estado, a sus instituciones y asaltando hasta nuestros ahorros bancarios. No creo que Ecuador pertenece a una población irresponsable, sino creo que nos dejamos arrastrar por nuestros impulsos incorrectos hábilmente canalizados por estos malhechores que nos inducen a una elección políticamente incorrecta. Todo esto constituye la piedra angular de este caos actual. Un desgobierno asfixiado por el desconocimiento de un norte para el futuro de nuestro país.
De tumbo en tumbo volvemos a la nada. Nuestro país, tan rico, de alto potencial hacia el progreso y competitividad, con fluctuantes bonanzas que pudimos haber dado pasos hacia adelante, ha sido, ahora sí, herida y pisoteada por vandalismos, saqueos planificados hasta dejarle al borde de la postración en los anales de la historia, sólo saboreando las lágrimas de la decepción mezclada con una impotente indignación.
Pero Dios y la sabia naturaleza nos ha creado magnánimos, y así como a algunos les ha dado el castigo de ser inmorales, deshonestos corrompidos devoradores del dinero común de todos los ecuatorianos, cargando a cuestas la infelicidad y la insatisfacción pese a tener riquezas mal habidas, a la mayoría de nosotros nos ha regalado un espíritu glorioso y patriótico aspirando a una vida muy honrada con un espíritu de emprendimiento que se ensancha sin someterse ni doblegarse ante la codicia. Quien pisotea al pueblo es porque lo desprecia y por eso no vamos a doblegar. Nuestra riqueza y nuestro combustible es el ánimo de lucha, no hay mal alguno para el que no haya defensa, nada es bueno sino lo que es honesto. Si hemos errado, meditemos para no volver a cometerlo. El error, representa no solamente una extraordinaria forma de evaluar lo que aún no sabemos hacer acertadamente, sino también, una maravillosa oportunidad para aprender a hacerlo correctamente. El error, siempre está asociado al pasado, lo cual significa que, aprender de los errores, es lo mismos que aprender del pasado, y aprender del pasado, es encontrar los valores para construir nuestro futuro. Luchemos contra esa peste regional con la educación, seamos mejores, no seamos conformistas mendigos del estado. (O)