VUELVEN LAS TENSIONES / Ec. Diego Proaño C.
Con los anuncios de movilización por parte de varios sectores gremiales del país, se reactivan las tensiones internas, lamentablemente calentar las calles, hacer paros, huelgas, obstrucción de vías, lo único que causa es malestar ciudadano porque se interrumpe todas las actividades, de hecho, los mas perjudicados son la gente que tiene su emprendimiento en algún local y debe cerrar porque se aproximan las movilizaciones, los autónomos que están buscando su sustento económico en algunos negocios informales y no pueden vender nada por las paralizaciones, las personas que no pueden transitar o realizar alguna gestión publica o privada, todos pierden.
En honor a la verdad y reconociendo el derecho a la protesta social, esta debe ser moderada, respetuosa y sobre todo progresiva, agotar todas las instancias de dialogo directo entre las partes y con acompañamiento de expertos o mediadores, sentarse en mesas de trabajo en procura de encontrar puntos de acuerdo con los cuales iniciar las negociaciones. Un siguiente escenario si el anterior no funciona debería ser la presión para acceder a reuniones directas con las máximas autoridades competentes en pro de dialogar sin intermediarios y hasta de forma política por parte de quienes tienen poder de decisión y si los mecanismos anteriores no funcionan, acudir a medidas de hecho como última alternativa.
El tomar medidas drásticas de inicio, causa pérdidas económicas a muchas familias en el país, reducción de ventas en negocios y empresas, afectación en trámites que no se pueden gestionar por las medidas de hecho. Pierden las entidades publicas que no pueden dar la debida y oportuna atención a los ciudadanos, permisos, recaudaciones, reuniones, etc. En definitiva, el daño que los paros, marchas, movilizaciones o cierres causan, son difíciles de revertir. El problema no solo se genera al interior del país, también afecta a la imagen a nivel internacional, porque los posibles inversionistas que estén pensando en traer sus fondos a Ecuador, al ver o escuchar esos escenarios, piensan muchas veces en traer o no su dinero al país con esa incertidumbre.
En todo este contexto, el llamado a dirigentes gremiales y autoridades para que depongan actitudes, cedan posiciones y busque acuerdos mínimos, para nada y en ningún escenario la paralización será la opción. Un país que esta reaperturando su economía, que busca la generación de mas empleo, que requiere aumentar sustancialmente la inversión nacional y extranjera y que necesita fortalecer la dolarización, no debe crear caos, nerviosismo, incertidumbre e inseguridad con esas medidas por demás drásticas que hacen daño a todos.