Vulnerables son apoyados permanentemente
Las parroquias eclesiásticas son 52 en la provincia y cada una recibe en promedio 20 raciones alimenticias que conlleva alimentos no perecibles como arroz, azúcar, aceite, atún, fideo, avena, entre otros, que proceden de donativos como también de los productos que adquiere la Pastoral Social Cáritas de la Diócesis de Ambato, que impulsa esta iniciativa.
El banco de alimentos empezó desde el 2019, por la situación del aparecimiento de la pandemia con el Covid 19, y que se mantiene hasta la actualidad.
En lo que respecta al banco de medicinas funciona años antes de la pandemia, y varias de sus donaciones provienen de los médicos de buena voluntad que facilitan las medicinas que son obsequiadas a ellos por las casas que los fabrican.
En cuanto al banco de ropa, su permanencia desde el 2022 responde a la buena voluntad de las personas que donan prendas en buen estado. Una vez que llegan a la Pastoral Social, el personal a cargo se encarga de lavar, planchar, y clasificar por tallas para niños, adolescentes, jóvenes, adultos mayores y más, explicó Diego Caicedo, coordinador de proyectos, DHI y Evangelización.
Las personas que requieran acceder al banco de alimentos, ropa o medicina, pueden acercarse a las instalaciones de la Pastoral Social Cáritas situada en la Medalla Milagrosa, para que llenen formulario socio económico, es decir, con los datos proporcionados se conocerá la realidad en la que viven las personas para saber cómo ayudarles de la mejor manera, señaló el funcionario.
Según Cristina Córdova, la existencia de estos bancos es una ayuda y una bendición. En su caso, ella retira de manera periódica la leche en polvo de su hijo de apenas seis meses de nacido. Recuerda que ella conoció de estos bancos por el padre Edison Naranjo. Ella está sin trabajo y, además, ha debido recurrir al banco de ropa para su pequeño hijo. (I)