Y la igualdad para las Mujeres es una lucha permanente?
Según Juan Carlos Grijalva en su libro “La imaginación Patriarcal, emergencia y silenciamiento de la mujer escritora en la prensa y literatura ecuatorianas, 1860-1900”, donde literalmente nos manifesta: “ La invisibilización de la mujer decimonónica en el Ecuador puede entenderse como el resultado de lo que llamo en este libro la imaginación patriarcal: un orden dominante de exclusiones y formas de disciplinamiento, control, censura, borradura, moralización y silenciamiento masculinos que naturalizaron y normalizaron la supuesta inferioridad femenina, haciéndola formar parte del mismo sentido común de la época”, un genio que vislumbra la realidad permanente de las mujeres en el siglo XXI? Dónde aún, conmocionadas nuestras sociedades con los 321 femicidios en el 2023, seguimos permitiendo silenciar a varias de ellas de manera permanente en una sociedad aún patriarcal que merece lo que cada uno desde su individualidad va aportando para su propio colectivo y reconocimiento social. Conmemorando a esa gran mujer que en 1924 se atrevió a romper las reglas y estructuras de un falocentrismo muy arraigado en pueblos sometidos y logró estudiar, pese a millones de dificultades que se le presentaban por el simple hecho de ser “mujer” Matilda Hidalgo, fue una mujer que abrió los caminos para las generaciones presentes y futuras de toda Latinoamérica, ya que nos generó la posibilidad consciente o inconscientemente de poder incidir en nuestro propio destino como pueblos organizados a través del voto; fue la primera mujer en lograr estudiar en el Ecuador y graduarse de Médico entre únicamente hombres en aquella época y nos demostró que la lucha por lograr la igualdad entre hombres y mujeres es una realidad que nos compete a todas y todos, y que sobre todo, esa lucha sigue siendo permanente, no se ha terminado con Olympe de Gouges cuando antes de la Revolución Francesa fue a parar en la guillotina por exigir la publicación de la Carta de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana, esa lucha aún en el siglo XXI sigue viva y nosotras la continuaremos hasta ver cristalizados los derechos en igualdad.
Valoramos y reconocemos, 100 años después, la oportunidad que nos heredó Matilda Hidalgo, y honramos su decisión, de a pesar del miedo de la época, haberse atrevido a romper las injustas reglas, demostrando que el camino de piedras muchas veces es una oportunidad para cambiar lo que está inadecuado y no nos representa e incidir en algo diferente con nuestra propia acción individual permanente desde nuestro diario vivir en cada espacio social que nos toque jugar o desempeñar, porque ya así lo elejimos.
Gracias a las mujeres intelectuales de nuestra época y todas las épocas que se siguen atreviendo desde su más alto grado de amor a cambiar realidades, las reconocemos como ejemplos de vida: Manuela Sáenz, Manuela Espejo, Ana de Peralta, Hermelinda Urvina, Tránsito Amaguaña, Teresa Flor, Dolores Cacuango, Toya Tobar, Laura Calvache, Norma Sevilla, Jessica Torres, Doménica Soria, Sofía Zapata, Corona Gómez, Rosa María Morales, Valentina Bravo, y muchas muchas más mujeres intelectuales, trabajadoras, persistentes, maravillosas que entienden e inciden en la consolidación permanente de un mejor y más justo espacio para su propio desarrollo en comunidad. (O)